Orgullo croata para forjar un campeón

redacción / La Voz

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Marin Cilic, con el trofeo de campeón del US Open y el «skyline» de Nueva York de fondo.
Marin Cilic, con el trofeo de campeón del US Open y el «skyline» de Nueva York de fondo. JEWEL SAMADa < / span>afp< / span>

Las figuras de Ivanisevic y Boban, fundamentales para que Cilic arrollase a Nishikori en el US Open

10 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Para entender mejor el desenlace de la final del US Open de Nueva York en la que Marin Cilic se impuso con meridiana claridad al japonés Nishikori, quizás haya que remontarse 24 años atrás. Concretamente al 13 de mayo de 1990; lugar, el estadio Maksimir de Zagreb, escenario de un clásico del futbol yugoslavo: el Dinamo local, frente al Estrella Roja de Belgrado. Se disputa en un clima prebélico con Yugoslavia a punto de disgregarse. El campo es una caldera, de Belgrado llegan 3.000 ultras y los enfrentamientos no tardan en convertirse en una batalla campal. Los jugadores se refugian en los vestuarios menos un joven del Dinamo que viendo cómo dos policías se estaban ensañando con un aficionado croata, se abalanza sobre ellos. Se trata de Szvonimir Boban, un romántico nacionalista y futbolista atípico, gran aficionado a la historia y lector, entre otros, de autores como Chekhov o Dostoyevsky.

Boban

Determinación y liderazgo

Aquel partido marcó el inicio de la guerra y la imagen de Boban enfrentándose a la policía de Milosevic, le convierte en un ídolo nacional. Yugoslavia le suspende, pero su calidad futbolística le lleva al gran Milan de Berlusconi, convirtiéndose, junto a Van Basten y Baresi, en uno de los preferido del controvertido presidente milanista, «si no juega Boban, no hay alicientes para ir a San Siro». A Szvonimir Boban le encanta el tenis, cuando estuvo en Vigo, (2001), tuve la oportunidad de jugar con él. Peloteando, parecía un principiante. Sin embargo, al haber partido de por medio, se transformaba en un rival temible, agresivo y sobre todo, con una gran determinación.

Determinación, la palabra clave. Goran Ivanisevic, el gran campeón croata, famoso por su saque con el que consiguió en su carrera más de 10.000 aces, confiaba ciegamente en Boban. Era su ídolo y ante cualquier cita importante le consultaba desde cualquier lugar del mundo. Necesitaba los consejos de Boban para fortalecer su mente. Goran tuvo el premio de acabar su carrera con un gran triunfo. Fuera de los primeros puestos, la organización de Wimbledon decidió concederle una plaza de invitado en reconocimiento a sus tres finales jugadas y Goran no desaprovechó la ocasión. Con una determinación impresionante, ganó el torneo con una extraordinaria final contra Patrick Rafter.

Goran Ivanisevic

De ídolo a entrenador

Marin Cilic creció idolatrando a Ivanisevic, formados por el mismo entrenador, Bob Brett, logró ser número 2 júnior del mundo y en el 2010 logró entrar en el top ten (número 9). Sin embargo, a partir de ahí se estancó. Su regularidad le impedía dar el salto para alcanzar mayores metas. Para colmo, una sanción por dopaje de la Federación Internacional de Tenis, estuvo a punto de costarle 2 años de sanción. Su recurso al TAS, le rebajó la sanción a 4 meses. Ahí tuvo tiempo de convencer a su ídolo de siempre que guiase su carrera y el tándem funcionó. Goran le recomendó de que debía jugar más relajado, que tenían que disfrutar más en la pista, fortalecer su mente, ser más agresivo, aprovechar mejor sus cualidades. Los resultados están a la vista. Es cierto que el cuadro le favoreció hasta llegar a Federer pero los recursos y determinación que mostró frente al gran campeón suizo y frente al japonés, fuero apabullantes: gran saque, demoledora derecha, anticipación, rapidez y determinación. Ni una duda. En la grada Goran parecía intranquilo de que la dinámica del partido pudiera cambiar, sin embargo en la pista su pupilo demostraba una firmeza y una seguridad en sí mismo que desmoronaba a un Nishikori poco fresco tras sus agotadores partidos anteriores. Los dos querían pero solo uno podía: el croata, que conseguía 17 aces frente a un porcentaje pobrísimo de primeros servicios del discípulo de Chang.

Saques y convicción

Cilic, agresivo con el servicio

El asio-americano confiaba en alguna reacción de Kei, pero el ídolo japonés con el vendaval que se le venía encima y en las pocas ocasiones que conseguía bolas de break, los saques de Marin le devolvían a la realidad de que en frente tenía a un rival más fresco que él, con más agresividad, pero por encima de todo, con determinación. La determinación con la que su entrenador ganó Wimbledon en el 2001. La determinación con la que Boban actuó para defender al aficionado croata frente a la policía. El orgullo croata que ha calado en Marin Cilic. Atención a su trayectoria a partir de ahora y a la de Kei Nishikori que sin duda tendrá otras oportunidades en el futuro.