Granada evoca la caldera del Sar

Manuel Blanco GRANADA / ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

Manuel Blanco Casal

La ciudad andaluza vive los partidos con pasión; la selección lo nota, los rivales también

02 sep 2014 . Actualizado a las 17:33 h.

Atenas, Estambul, Belgrado... Hay canchas en Europa que son solo para valientes. Para tipos con lo suyo bien puesto. En las que la presión planea desde la rueda de calentamiento y cada canasta amiga detona una explosión de decibelios. España es otra cosa. La afición anima, sí, pero con un punto más soft. Y por eso la designación de la sede en la que jugaría el equipo de Orenga fue en su momento asunto de Estado. La Federación no quería desaprovechar el hecho de que el Mundial se disputase en tierras ibéricas. Quería que tanto el equipo como los rivales notasen esa presión cuando llegasen los minutos de la verdad.

Y se optó por Granada. Una decisión en origen controvertida porque no es, ni de lejos, uno de los templos del básket patrio. De hecho, no cuenta con equipo ACB desde hace años. Dice José Luis Sáez que fueron los propios jugadores los que apostaron por la localidad andaluza. Sea cierto o no, la elección parece acertada. La ciudad está volcada con el Mundial (es casi imposible encontrar una calle sin carteles del evento), pero sobre todo con el equipo nacional. Contra Irán y Egipto, la parroquia ya mostró maneras, pero la endeblez de los rivales pedía a gritos que se no se hiciese sangre. España es un país hospitalario, al fin y al cabo.

Fue ayer contra Brasil cuando el público entró en ebullición. El Palacio de los Deportes de Granada evocó a la caldera del Sar, sin duda una de las canchas más calientes de España. Cada canasta amiga, cada personal señalada, cada decisión controvertida... Cualquier cosa disparaba el medidor de decibelios. La interpretación del himno español (ver vídeo adjunto) ya dejó entrever que el público local iba a arropar a los de Orenga y fustigar a los de Magnano. Los jugadores notaron el calor. Lo confirmaba Rudy al término del partido: «Esta gente apoya de verdad; ha sido espectacular».

Madrid tomará el testigo a partir del fin de semana. Granada le ha puesto el listón bien alto.