De promesa en A Tasca a estrella en EE.UU. y ahora en Alemania

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

DEPORTES

cedida

Los éxitos deportivos internacionales de Verónica Boquete no apagaron su relación con la comarca que la vio nacer futbolísticamente

27 ago 2014 . Actualizado a las 10:39 h.

Verónica Boquete es, posiblemente, una de las futbolistas más reconocidas de la escena internacional. Su ciudad natal, Santiago, fue el nexo de unión que la llevaría a Barbanza durante cuatro años. En concreto, esta relación se gestó en el Funeraria Apóstol de fútbol sala, en donde coincidió con las ribeirenses María Lamela, Montse Carneiro y Charo Ramos. De compañeras pasaron a ser amigas, algo que aprovechó el entonces entrenador del Aguiño femenino, Andrés Monteagudo, para ficharla para el equipo de A Tasca. Llegó en el año 2001 con 14 años y se fue en el 2005 siendo mayor de edad. Desde entonces, su estela no ha dejado de crecer hasta recibir, entre otros reconocimientos, el premio a mejor jugadora de la liga norteamericana en el 2012 y quinta de Europa en el 2013 y 2014.

El lunes se cerró su fichaje por el Frankfurt, donde continuará su carrera deportiva. Mientras, en Barbanza, quienes la conocieron, presumen de conservar su amistad, y, sobre todo, el cariño que Verónica Boquete demuestra con frecuencia a esta comarca visitándola siempre que puede, ya sea a nivel personal o para colaborar en la organización de eventos deportivos o sociales. Basta como ejemplo su presencia en la Copa Sálvora del 2012, o en el pregón de las fiestas de Aguiño del mismo año, o en los trofeos de fútbol femenino que se organizan en esta parroquia ribeirense coincidiendo con los festejos locales.

José Manuel Vilas, presidente, entonces y ahora, del Aguiño la recordaba ayer como una gran chica, que «ha llegado tan lejos por el tesón y técnica que siempre demostró dentro y fuera del campo». Todavía se acuerda del día que el Zaragoza llamó para ficharla a ella y a otras compañeras del Aguiño que llevaron a este equipo femenino a lo más alto de la Primera División gallega.

Buena deportista, mejor persona

Otra persona que la conoce bien, y que empujó mucho para que recalara en A Tasca, fue Matilde Alonso, que en ese momento era directiva y entrenadora en el Aguiño. Ayer, esta barbanzana no escondía su alegría por el nuevo salto en la carrera de la que fue su pupila y ahora amiga, la deportista Verónica Boquete. «Como futbolista era muy buena, pero como persona es mucho mejor. Comunicativa y honrada, además de amiga de sus amigas. Con sus compañeras hizo amistad desde el primer día, incluso se quedaba algún fin de semana a dormir en casa de ellas. Todos le deseamos lo mejor, la conocemos y sabemos que se lo merece».