Pueblo pequeño, mérito inmenso

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS FERROL / LA VOZ

DEPORTES

ANGEL MANSO

As Somozas, el concello más pequeño con representación en Segunda B, prepara el estreno frente al Avilés como homenaje a su fallecido presidente

19 ago 2014 . Actualizado a las 13:08 h.

Nace otro lunes de agosto y no hay demasiado ajetreo en As Somozas, un pueblo de 1.200 habitantes, que fue ganando servicios tras recibir a industrias de reciclaje. A un par de curvas de la iglesia parroquial se levanta un estadio de líneas contemporáneas, un campo de fútbol anexo y pronto se estrenará el nuevo complejo con el pabellón y la piscina. En este rincón se cruzaban los caminos del Manuel Candocia alcalde y el Candocia presidente del club de fútbol. Falleció en enero durante un partido entre su equipo y el Cerceda. Entonces, la plantilla se conjuró primero para acabar campeón de Tercera y luego para dedicarle un ascenso a Segunda B. Lo nunca visto. Hoy no hay ayuntamiento más pequeño en toda la categoría, lo que da una idea del inmenso mérito de la Unión Deportiva Somozas.

El club vivió la última década en una insólita progresión desde el fútbol más modesto. Candocia aprovechó sus contactos para ofrecer un puesto en el equipo y un trabajo a algunos de los que se sumaron al proyecto. Con el Somozas en Segunda Autonómica, fichaba a jugadores cotizados de Tercera. Fue la manera de armar una plantilla potente. Así llegó hace diez años Nando Castro Pena, para impulsar al equipo y trabajar en Gamesa. Compitió durante nueve temporadas, dejó al club entre los mejores de Tercera y ahora es el secretario técnico del equipo.

«Pero ya no hay trabajos que ofrecer. Solo un futbolista tiene una ocupación relacionada con el equipo. Ahora los jugadores vienen porque el club es serio y paga. Si antes nos costaba explicar qué era el Somozas, dónde estaba, ahora los jugadores vienen encantados», matiza Nando, consciente de que los impagos en otros clubes les han beneficiado en su camino hacia el éxito.

«Cuando llegué, el club venía de ser quinto, el mejor resultado de su historia», explica el ferrolano Míchel Alonso, que afronta su cuarta campaña como entrenador del Somozas. La gloria hacia la que condujo al equipo era impensable incluso para su presidente. «Aquí el objetivo del club siempre era salvarse bien. Pero tanto los jugadores como yo fuimos aumentando la exigencia», matiza el preparador de Caranza, de 40 años. Nunca oyó hablar a Candocia de ascenso: «El sueño era jugar el play off. Nadie dijo nada de subir». Pero su muerte creó un motivo para pelear la proeza, el homenaje al presidente fallecido a pie de campo.

Mantenerse sin Candocia

Así que ahora el equipo se enfrenta a un reto sin Candocia, el artífice del milagro económico y deportivo. Su sustituto en la alcaldía, Juan Alonso Tembrás, también lo relevó en el club, para representar de forma incontestable el apoyo municipal al proyecto. El club suma 300.000 euros de presupuesto, 180.000 destinados a la plantilla, según explica el secretario técnico. Y en los planes a corto plazo ya ronda la idea de montar una grada supletoria para la nueva categoría, en el estadio que llevará el nombre de Candocia.

A punto de debutar en Segunda B contra el Avilés, después de una pretemporada impecable, al entrenador del Somozas no le vale todo. «Luchamos contra la idea de que no tenemos nada que perder. Creo que no es verdad. Estamos aquí para algo. Lo ideal sería mantener al equipo en la categoría», razona Alonso que fija su diana en eliminar el rastro del conformismo. La semana termina el viernes, con unas cañas en el local del hijo del presidente, Casa Amando. Para hacer grupo, para no olvidar de donde vienen.