Indira Terrero, de las penurias al bronce en los 400 metros

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Indira consiguió la primera medalla española en 400.
Indira consiguió la primera medalla española en 400. Walter Bieri < / span>Efe< / span>

Un gran esprint dio a España la cuarta medalla

16 ago 2014 . Actualizado a las 17:29 h.

España sale a medalla por día en el Europeo de Zúrich. Y si la del jueves nació de la polémica, la del viernes, la cuarta del campeonato, del suspense. La ganó Indira Terrero en los 400 metros, fue de bronce y entrando en el mismo tiempo que la cuarta clasificada. Solo la foto finish aclaró el panorama. La nacionalizada española fue la primera en cruzar la línea de meta. Por milésimas.

Indira Terrero (La Habana, 1985) es otra historia de lucha y penurias en el mundo del deporte. Aprovechó los Juegos Iberoamericanos del 2010, disputados en San Fernando (Cádiz), para fugarse de Cuba. Se refugió en Castellón y vivió de la caridad del Playas durante un tiempo considerable. Como monitoria de atletismo, mientras esperaba los papeles y al tiempo que evolucionaba en el 800.

Hasta que un día apareció Rafa Blanquer, el mismo que se agenció en otros tiempos la nacionalización de Niurka Montalvo, Glory Alozie o Josephine Onyia. Él le procuró los papeles, aunque estuvo tres años sin poder representar a ningún país, pero también le cambió de prueba, simplemente porque en Cali había hecho en su día unos atractivos 50.98 en los 400 metros. Por eso le adjudicó el rompepiernas de la vuelta a la pista. Y por lo visto ayer, acertó de pleno.

Porque quizás, en la final de Zúrich, Terrero era la tapada y Auri Bokesa, la exjugada de Estudiantes de baloncesto, la esperanza española de poder acercarse al vedado, hasta ayer, terreno de las medallas.

El esprint final

Pero Indira hizo una carrera perfecta. Salió bien, no quemó fuerzas, se situó en la curva de compensación entre las mejores y cuando se vio cuarta no desdeñó. Siguió empujando, lanzó el esprint con todas sus fuerzas, se puso a la par de la británica Christine Ohuruogu, doble campeona mundial, y acabó atrapando el bronce por cabezonería. A sus 28 años.

«Al llegar a la meta no estaba segura de si era tercera o cuarta. Normalmente, Christine Ohuruogu tiene un final muy fuerte así que pensé, bueno, me ha ganado mi ídolo. No me puedo creer que haya logrado el podio y además ganándola a ella. Es mi heroína», comentaba la ahora española después de saberse medallista continental, sabedora además del significado que tiene: ««Esta medalla es muy importante para mí, compitiendo con España por primera vez en unos Campeonatos de Europa. Es increíble y todavía no me lo puedo creer». El metal le puede abrir muchas puertas a quien ha pasado por un reguero de necesidades.

El triunfo fue para la británica Libania Grenot con un tiempo de 51.10, seguida de la ucraniana Olha Zemlyak. Auri Bokesa, la otra opción española, corrió en la calle ocho y nunca estuvo la pelea por el podio.

A la exbaloncestista le faltó el instinto competitivo de Indira Terrero. Desde ayer, la primera española con una medalla en 400.