El mediapunta vilagarciano Julio Rey trabaja desde el 14 de julio bajo las órdenes de Lluís Planagumà en el filial del RCD Espanyol. Lo hace en busca de un puesto en el conjunto de Segunda División B, que a día de ayer no tenía todavía asegurado pese al contrato que liga al futbolista gallego con el club catalán desde su traspaso el pasado verano procedente del Arousa: dos años de ficha con opción a un tercero.
Jugar en el Espanyol es hacerlo en el mundo del balompié profesional, y la continuidad pasa en primer lugar por convecer al técnico en cuestión. Máxime, cuando llega un nuevo entrenador, como el caso de Planagumà, que el pasado mes de junio relevaba a Sergio González tras tres campañas en los filiales del Villarreal.
Así las cosas, Planagumà ha comenzado a conocer a Julio Rey en primera persona, y contrastar en vivo y directo los informes del club correspondientes a la primera campaña del vilagarciano en el RCD Espanyol. Un ejercicio que desarrolló íntegramente en el plantel de División de Honor Juvenil, en el que completó su etapa de futbolista de formación como titular indiscutible en la mediapunta de ataque del subcampeón del grupo catalán y cuartofinalista de la Copa del Rey, en la que el cuadro periquito cayó con el a la postre campeón, el Sevilla. Ocho goles y la condición de mayor asistente de su equipo engordan la tarjeta juvenil del hoy ya Sub-21 Julio Rey.