Javier Gómez, ex director general del Breogán, impartirá en Coventry una conferencia sobre la repercusión de las cuotas de jugadores de formación
24 jul 2014 . Actualizado a las 14:31 h.El pasado jueves, el Boletín Oficial del Estado publicaba una resolución que afectaba de lleno al mercado del baloncesto español, y por ende, al Breogán. La Comisión Europea obligaba al Consejo Superior de Deportes a dictaminar una reducción del denominado cupo de los jugadores de formación. Que en la LEB Oro pasan a ser cuatro (si las plantillas tienen más de 10 integrantes), o tres (si cuentan con menos). Un tema que domina Javier Gómez, ex director general del Breogán, quien en septiembre impartirá en Coventry una conferencia al respecto. Él lo tiene claro: «Los cupos suponen un perjuicio para el deporte español».
Los cupos se han convertido en un arma arrojadiza entre el sindicato de jugadores, que los defienden a capa y espada, y los clubes. Primero, hay que aclarar qué se entiende por jugador de formación: «El comunitario o asimilado que se haya formado deportivamente en España, y que entre su segundo año de infantil (13 a 14 años) y el segundo de sénior (19 a 20 años), haya estado inscrito con cualquier club afiliado a la FEB en un período, continuado o no, de 3 temporadas». Segundo, que la fundamentación de la Comisión Europea para reducirlos es que atentan contra la libre circulación de trabajadores que rige el derecho comunitario.
Javier Gómez ha estudiado a fondo la cuestión. «En abril presenté un estudio acerca de la rentabilidad económica y el perjuicio que causaban los cupos en el deporte», explica. Lo hizo en el marco del máster en Gestión empresarial del Deporte que ha cursado en Vigo. «Sostengo que no tienen rentabilidad, y afectan a la globalidad del mercado. Con ellos, no se puede competir en igualdad con otros países», afirma.
«Modificación histórica»
«Es una modificación histórica, y creo que aún más en la LEB que para la ACB. Si la cuestión se maneja bien, el nivel de la liga va a subir», entiende Javier, quien destaca: «No habrá la necesidad de fichar a seis españoles, y se liberaría para fichar a más jugadores». Reconoce que es una cuestión polémica, por la habitual identificación que se produce entre los aficionados con los jugadores nacionales.
Pero, en un marco en el que los clubes deportivos son empresas que deben ajustar sus ingresos y gastos con criterios de rentabilidad, en su opinión, «separar lo económico de lo deportivo resulta nefasto». Destaca Javier que imponer cuotas de jugadores nacionales los encarece, al tratarse de un mercado limitado. Para él, «el concepto más operativo es que un jugador tiene que justificar su incidencia deportiva en lo económico».
«Existen métodos científicos para valorar el rendimiento económico», resalta Javier, que maneja una avanzada aplicación estadística en este campo. Ello proviene de su etapa como gestor en el Breogán, y la ha agrandado (multiplicado) en los últimos tiempos. Bebe en fuentes como el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts, que ha presentado un proyecto muy avanzado a la NBA. Sus conocimientos lo llevarán a Coventry, en el mes de septiembre. Allí disertará de todo esto, mientras participa en las conferencias organizadas a tal efecto por la Asociación Europea de Administración Deportiva (EASM).