El tenista de la Armada presentó su candidatura al título con un excelente partido en el que recordó a su mejor versión
09 may 2014 . Actualizado a las 14:26 h.El tenista español David Ferrer rozó la perfección para domesticar (6-4, 6-4) a la fiera con el saque John Isner y plantarse por quinto año consecutivo en los cuartos de final del Mutua Madrid Open, cuarto Masters 1.000 de la temporada, un duelo en el que el alicantino confirmó que está de vuelta después del lapsus de Barcelona y tras el cual se verá las caras con el letón Ernests Gulbis por un puesto en semifinales.
El tenista de la Armada presentó su candidatura al título con un excelente partido en el que recordó a su mejor versión, sin vacilar, manteniendo la concentración de principio a fin y brillante al resto. En medio de una temporada irregular, Ferrer parece decidió a lucirse en Madrid olvidando Barcelona hace dos semanas, donde se marchó a las primeras de cambio, y acercándose más a su actuación en Montecarlo, donde despachó a Rafa Nadal en cuartos de final.
Ya en su estreno ante Albert Ramos se pudo ver al gladiador alicantino y, más tranquilo, este jueves Ferrer dio un paso firme ante el favorito número nueve en el torneo madrileño en un duelo que terminó a altas horas de la noche en la Manolo Santana de La Caja Mágica. Ferru se mostró inmune a las balas del cañonero de Greensboro, quien se desquició ante un rival que apenas cometió errores y que sabe de sus opciones de ganar en Madrid su segundo Masters 1.000 tras el de París en 2012.
Sin complejos y sin duda preparado para lo que le venía, Ferrer domó el arma preferida de su rival con suma contundencia. Y es que ya desde el primer saque del yanqui, el ciclón de Jávea apretó como con la lección aprendida y rondó el break en todo momento. Desde el otro lado, el alicantino -salvando las diferencias- demostró que también es capaz de sacar bien y no tuvo problemas para ir sumando sus juegos al servicio.
No iba a ser fácil y, a pesar del empuje del de Jávea, Isner salvó cada aproximación peligrosa de su rival, hasta que en el séptimo juego finalmente llegó una rotura anunciada. Ferrer se puso por delante y cerró un brillante set a favor salvando la mejora del estadounidense que, a pesar de estar discreto, dio un paso al frente para tratar de arreglar la manga cuando el español sacaba para cerrar. Isner tuvo dos bolas de break en el décimo juego, pero la noche en la Manolo Santana era de Ferru (6-4). En el segundo set el guión siguió igual. Las estiradas de Ferrer alcanzaban casi cada saque de Isner y era el español el que ganaba su servicio con facilidad. Fuera de ahí, los peloteos eran para el español y las ovaciones sin duda también.
Sin quitarse el cuchillo de entre los dientes, el número cinco del mundo volvía a la carga cada vez que su rival se ponía en la zona de saque. Así llegó el break a favor del jugador local en el tercer juego. Isner sobrevivió como pudo pero nunca inquietó a un Ferrer que mandó un aviso a navegantes.