Santi López: «Soy más deportista desde que me trasplantaron el corazón»

Ignacio Meitín Buján
I. Meitín Buján VIVEIRO / LA VOZ

DEPORTES

XAIME RAMALLAL

El viveirense fue subcampeón gallego de enduro y escaló en bici el Tourmalet después de un accidente de moto que casi le cuesta la vida

26 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Solo cuando se sube a la moto y devorando kilómetros sobre la bicicleta a golpe de pedal Santiago López Chao se olvida de que es uno de los cientos de gallegos trasplantados de corazón. El deporte le da vida y a él se agarra casi a diario para sobrellevar la inquietud permanente que sufre desde aquel fatídico accidente que le acercó a la muerte en septiembre del 2001, dos días después del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York. «Cada caso es muy particular, pero para mí el deporte es salud? Cuando estoy algún tiempo sin practicarlo me encuentro peor. Soy más deportista desde que me trasplantaron el corazón», explica este viveirense de 42 años, natural de Merille (Ourol), subcampeón de la Liga Galega da Moto de Campo en 2013 e intrépido ciclista desde el incidente: «Subí todos los picos de Viveiro y sus alrededores y escalé el Tourmalet (un clásico del Tour de Francia)», relata orgulloso.

Tras cada hazaña le resulta inevitable emocionarse y rememorar todo lo que padeció a partir de esa fortuita caída cuando inspeccionaba en moto el circuito de Celeiro donde al día siguiente se disputaría una prueba de enduro. El golpe contra el manillar casi le cuesta la vida. «Tuve mucha suerte, estoy vivo de milagro», se congratula. Y es que cuando el 10 de diciembre del 2001 le intervinieron en el hospital Juan Canalejo de A Coruña, su corazón funcionaba al 8% de su capacidad. «No podía ni subir cinco escalones, enseguida me fatigaba», recuerda.

Una vez trasplantado, los primeros meses fueron «un auténtico calvario» para el piloto viveirense, hasta el punto de que su pasión por las motos se apagó para transformarse en odio. «No quería ni oír hablar de ellas», dice. Pero pasados tres meses, y aún en plena vorágine de controles médicos y pese a tomar 35 pastillas diarias, decidió que había llegado el momento de ponerse a prueba. «Primero cogí la bici. ¿Por qué? Pues quizás como reto, quería saber cómo respondería mi corazón nuevo», explica. Un año después ya andaba en moto y desde el 2009 es habitual verlo en las pruebas del calendario gallego de enduro. En la presente campaña, como miembro del Enduro Team Galipizza@Cia, fue subcampeón en la carrera de Chantada y séptimo en la celebrada en Tui. Después de todo lo vivido, el resultado es lo que menos le importa. «Ahora soy capaz de competir sin arriesgar, soy mucho más prudente», sentencia.

Lo intervinieron tres mes después de la caída, cuando el órgano dañado funcionaba al 8%