El Obradoiro espera la visita de un Valladolid que juega sin presión

M.G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

Alberto Corbacho y Andjusic, en un lance del partido de la primera vuelta en el Pisuerga.
Alberto Corbacho y Andjusic, en un lance del partido de la primera vuelta en el Pisuerga. lof< / span>

El club pucelano, virtualmente descendido, concentra sus esfuerzos en el reflotamiento económico con el presupuesto más austero de la ACB

16 abr 2014 . Actualizado a las 00:22 h.

El Obradoiro prepara a fondo el partido del domingo ante el Valladolid, fijado para las ocho de la tarde. Los pucelanos están en

el suelo de la clasificación desde el arranque y si pierden en Sar serán matemáticamente equipo de LEB. Pero llevan conviviendo toda la temporada con ese riesgo, con el presupuesto más bajo de la Liga Endesa y con la intención de hacer de este curso un punto de inflexión para reflotar la nave.

El club entró en proceso concursal a finales del 2010 con una deuda superior a los siete millones de euros y salió de esa fase tras acordar un plan de pagos con los acreedores por más de cuatro millones. Pero en las dos siguientes temporadas incrementó su pasivo en otros dos millones, en número redondos.

Del Ayuntamiento a Hacienda

El Valladolid encaró esta temporada con el presupuesto más bajo de la Liga Endesa, alrededor de 1,5 millones de euros. Y más de la mitad está destinada a gastos corrientes y amortización de deuda. Del Ayuntamiento recibe casi 400.000 euros que van a parar directamente a la Agencia Tributaria y el coste de la plantilla no llega a los 700.000 euros. A orillas del Pisuerga dan por hecho el descenso deportivo, a expensas de lo que suceda con los equipos que asciendan desde la LEB. No es fácil cumplir con las exigencias de la ACB, como se ha visto en las últimas campañas.

En todo caso, si baja ingresará el fondo de ascensos y descensos, alrededor de 1,8 millones de euros, que utilizaría para ponerse al día con Hacienda y poder empezar un nuevo proyecto sin esa espada de Damocles sobre el día a día de las finanzas.

Así las cosas, el equipo juega sin la presión de los resultados. Y tres de los últimos en incorporarse, los bases Pozas y Johnson y el pívot Lamont Mack, parecen haberle dado más consistencia. Aunque hay bastantes cambios respecto a la primera vuelta, el Obradoiro, que perdió en Pucela, ya pudo comprobar el riesgo de que el equipo morado coja vuelo.

Y este fin de semana estuvo a punto de pasarle lo mismo al Murcia, que reaccionó a tiempo y consiguió darle la vuelta al marcador cuando ajustó su defensa. Esa fue la clave.