Irregular inicio de temporada

redacción / la voz

DEPORTES

Miguel Villar

Las buenas capturas logradas en las provincias de Lugo y Ourense contrastan con la escasez en A Coruña y el norte de Pontevedra

18 mar 2014 . Actualizado a las 12:39 h.

Ayer quedó inaugurada oficialmente la nueva temporada de pesca fluvial en toda Galicia con diferentes sensaciones según la zona a la que acudieron los deportistas. En las provincias de Ourense y Lugo se realizaron importantes capturas, mientras que la pobreza destacó en los recuentos de A Coruña y norte de Pontevedra.

La helada que azotó la comunidad durante la madrugada del sábado al domingo y la niebla de primera hora da la mañana provocaron que, en muchas zonas, las piezas se ocultasen en el fondo de los ríos y no se dejaran ver. «A troita, unha que xa non a hai, pero co frío resgardase no fondo que é onde a auga está máis quente e non sube a comer», explica Servando Varela Pose, el vicepresidente de la Venatoria de Bergantiños

En la provincia de Ourense, la más generosa en cuanto a capturas, la soleada jornada favoreció un animado ambiente. En días anteriores, los presidentes de los 17 cotos de pesca del territorio ourensano coincidían en destacar que las lluvias de los últimos días habían limpiado los ríos y favorecido las condiciones para el inicio de la campaña, pero la apertura de algunos embalses en la matinal de ayer dificultó las capturas, aunque en zonas como las del occidente de la provincia, sobre todo en el río Avia y en el Arenteiro fueron numerosas, destacando los ejemplares de mayor tamaño en el primero de los citados cauces fluviales, antes de la apertura de las compuertas.

En el resto de la provincia fue aceptable el nivel de piezas cobradas, en una jornada que se desarrolló sin grandes incidencias, dentro de los parámetros que hacen pensar en fructífera temporada pesquera.

Lugo

En la provincia de Lugo, las zonas libres se convirtieron en una romería desde primera hora, a pesar de la niebla y el frío, que fue dando paso a una mañana soleada y primaveral. Es el caso del Miño, como en el embalse de Belesar, donde se capturaron las piezas más grandes, y se dio una satisfacción generalizada por el número de pescas. En algunos de sus afluentes, como el Neira y sus cotos, los pescadores se quejaron de la altura del nivel del agua, y sobre todo, de la temperatura (generalizada esta apreciación), que hacía que las truchas estuvieran resguardadas en los fondos, protegidas también de la fuerte corriente. En el Neira, sus cotos mostraron cierta escasez de trofeos, al igual que en el Navia.

En ríos de montaña, como el Lamas en A Fonsagrada, el nivel de agua era menor de lo previsto, pero quienes por allí se acercaron pudieron cubrir el cupo sin mayores problemas. Y se aventura una temporada de pesca satisfactoria. En la zona de Vilalba también hubo complacencia por la primera jornada vivida.