Cuando la dificultad es el impulso

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

DEPORTES

Oscar Vazquez

Martín de la Puente, que ha sufrido 16 operaciones, reina en tenis de silla

28 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Martín de la Puente tiene 14 años y es subcampeón mundial júnior, además de una gran promesa de su disciplina. Ante todo, el vigués es un deportista con un gran afán de superación que ha conseguido situarse en el cuarto puesto del ránking nacional de tenis en silla de ruedas. Con el añadido de que llegó a este deporte debido al síndrome de Proteus que padece, que altera las células del crecimiento haciendo que partes de su cuerpo crezcan de manera desproporcionada, pero que no le ha impedido triunfar en él con 16 operaciones a sus espaldas.

«La enfermedad se la diagnosticaron a los dos años. Con cinco empezó a jugar al tenis de pie, como cualquier niño», explica su madre, Marta. Entonces no imaginaban que el extraño síndrome que afecta a Martín iba a condicionar (también) su vida deportiva. «No sabes cómo va a evolucionar. Al nacer no se nota nada y con el paso de los años aparece. Se le fue deformando el pie hasta que hubo que amputar». Eso ocurrió en el 2007, cuando tenía ocho años.

Antes de perder el pie, Martín ya había sido sometido a otras operaciones y tenía dificultades para jugar. Pero no quería saber nada de la silla. «Le hablabas de ella y no lo aceptaba, porque él no estaba sentado permanentemente. Le costó asimilarlo, pero en cuanto probó, se adaptó enseguida», relata su madre, orgullosa de la «valentía» de su hijo.

Martín nunca se planteó dejar el deporte y contó el apoyo de personas que se volcaron con él. «El que era su entrenador, Héctor Vázquez Aranburu, le buscó un curso y nos puso en contacto con otros jugadores que le trataron con mucho cariño y que enseguida vieron su potencial». El comenzar con una silla de muchísimos kilos tampoco fue impedimento: «Quiso aprender a manejarla, ir a entrenar con ella... Fue muy echado para adelante».

La enfermedad, en segundo plano

Marta insiste en que «lo que menos le gusta a Martín es pensar que es un enfermo, porque, sobre todo, se siente deportista». Su dolencia está presente siempre, pero el deporte es una de las mejores medicinas para hacerle frente. «Cada x tiempo tiene que ir a revisión y sabe lo que eso supone: el riesgo de que te digan que algo va mal. Nunca lo olvidas de todo, porque si estás amputado, lo estás, y si el otro pie se está deformando, lo ves. Pero el tenis es una gran ayuda para él, para seguir adelante con todo», subraya.

El tenis impulsa sus recuperaciones en tiempo récord de cada intervención, gracias a la motivación añadida. Martín, cuenta su madre, no quiere estar tirado en una cama «y que lo cuiden», sino «seguir con su día a día y olvidar el dolor». Lo contrario supondría «perder la mitad de su vida encerrado en casa». Nada más lejos de la intención del tenista, que próximamente competirá con un club francés en un torneo mundial sénior, aunque antes se perderá la primera cita oficial en España por motivos escolares y económicos. «Para nosotros es caro. No hay un circuito como con los demás niños y tienes que viajar por el país. Pero ese dinero lo doy por bien invertido en la felicidad de Martín».