Mourinho y Pellegrini reabren viejas heridas tras el Chelsea-Manchester City

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KERIM OKTEN

El chileno se negó a dar la mano al luso tras la efusiva celebración del decisivo gol de Fernando Torres

28 oct 2013 . Actualizado a las 17:18 h.

Manuel Pellegrini y José Mourinho han reabierto viejas heridas después del intenso Chelsea-Manchester City que decidió un gol de Fernando Torres en el último minuto. El técnico chileno se negó a chocar la mano de Mourinho al final del encuentro, después de la efusiva celebración del portugués, que saltó a la grada de Stanford Bridge para festejar el tanto y la victoria de su equipo, con gestos efusivos muy cerca del banquillo rival y ante la mirada atónita de Pellegrini.

«No le di la mano porque no quise. No me esperaba otra cosa diferente de él. Es normal», dijo Pellegrini sobre la celebración de Mourinho. El entrenador del Chelsea se defendió volviendo a usar la figura de su hijo y asegurando que quería involucrarlo en la celebración: «Pellegrini perdió el partido en el último minuto, sé lo que es eso. En otras culturas y otros países, nos damos la mano antes del partido y ya está. Si está triste por el resultado lo entiendo, si está triste porque yo hice algo mal, lo acepto. Espero que no hayan malinterpretado lo que hice al zambullirme en la grada. Mi hijo estaba ahí. Mi impulso fue el de ir a buscarlo, no fue falta de respeto, sólo emoción», explicó Mourinho.

Chileno y portugués mantienen una relación de tensión desde que Mourinho sucediese a Pellegrini al frente del Real Madrid. El técnico luso manifestó en marzo del 2011 que a él nunca le ocurrirá lo mismo que su antecesor en el banquillo blanco: «Si el Madrid me echa, yo no entrenaré al Málaga, sino a un gran club en Inglaterra o Italia». «Pellegrini dijo que deberían superar su temporada, pero dijo una parte de la verdad, porque bastaba con pasar la eliminatoria de Copa del Rey para hacerlo mejor y pasar a octavos de la Champions. En la Liga, el segundo es el primero de los últimos», continuó Mourinho sobre Pellegrini. Dos años después, el propio Mourinho sacaba pecho de su temporada de los récords a pesar de no ganar la Champions.

En aquel entonces, Pellegrini no respondió a Mourinho. «Normalmente no tengo opinión sobre los colegas de profesión, porque no me parece ético». No es la primera vez que una celebración crispa a los rivales de Mourinho. En enero del 2011, después de que Kaká convirtiese el cuarto gol del Real Madrid contra el Villarreal que cerraba la sufrida victoria de su equipo, Mourinho saltó de su banquillo brazos en alto señalando a la grada y arengando para que gritasen más aún el triunfo del Madrid. Gestos que realizaba hacia su afición y que luego justificó también con su hijo, pero delante justo de los suplentes y cuerpo técnico del Villarreal, que interpretaron la actitud del portugués como una provocación. Respondió Can amagando primero y después lanzando una pequeña botella de agua. El entrenador del Villarreal, Antonio Garrido, había sido expulsado minutos antes por protestar. Cani fue también expulsado y tuvo que ser sujetado por compañeros suyos para no volverse hacia Mourinho, que poco después pidió disculpas a los miembros del banquillo del Villarreal. «Todo lo que hago es siempre negativo. Juro por mi hijo que he ido a celebrar el gol con él. Se lo he dicho al banquillo del Villarreal. Si no me quieren creer es problema suyo», dijo Mourinho.