La experiencia kiwi de Berta

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La rugbier del CRAT coruñés se ha trasladado a Nueva Zelanda para formar parte del Waikato, un equipo que es el principal pilar de la selección neozelandesa

09 oct 2013 . Actualizado a las 13:30 h.

Veinte mil kilómetros por amor al arte. Y al deporte. Berta García (Luanco, 1982) dio un salto desde el Club de Rugby de Arquitectura Técnica de A Coruña (CRAT) hasta el Waikato Rugby Union de Hamilton (Nueva Zelanda), avalada por su imponente trayectoria en la División de Honor y la selección española tanto de XV como de rugbi a siete (la modalidad olímpica).

La ala del equipo gallego ya había jugado para el todopoderoso Richmond inglés a finales del año 2011. Le acompañan en la aventura neozelandesa dos jugadoras del Olímpico de Pozuelo Patricia García e Irene Schiavon. Ellas son las primeras extranjeras en el club kiwi, principal pilar de la selección neozelandesa de rugbi, las Black Ferns.

Ellas también son el alma de un proyecto que han bautizado como NZ Experience, plasmado en un videoblog semanal al abrigo de Divertis Rugby y arropado por el concurso #rugbing apadrinado por Pau Gasol y con Patricia García como mascarón de proa.

En este contexto, la luanquina del CRAT se animó a cruzar el mundo para completar su sueño y un palmarés envidiable. Aterrizó con la competición de clubes de XV finalizada, pero con la regional por selecciones (Waikato es una de ellas) y la de Seven por delante. «Vamos a entrenar en bicicleta pero comparado con Europa hay más nivel y compromiso», explica. «Me sorprendió que la gente va a entrenarse a las seis de la mañana, antes de ir a trabajar o a clase. Muchas compañeras tienen hijos. También me chocó que en lugar de ver a la gente por la calle jugando al fútbol, van con un balón de rugbi o juegan tocatas (modalidad sin placajes, sustituidos por toques con la mano), y todo el mundo lleva ropa de rugbi», describe.

«Lo que más dificultad me supone es poder expresarme en condiciones y enterarme de todas las cosas. Menos mal q tengo aquí a Irene y Patri. Puede que sola no me hubiese venido», abunda en cuanto a su adaptación.

Profesionalidad

Berta insiste una y otra vez en la profesionalidad con la que se practica el rugbi en Nueva Zelanda, a pesar de que no se trata de un deporte sometido a la comercialización al nivel del fútbol europeo. «Estar en Waikato supera a la pertenecía a un club. Hay entrenador de tres cuartos, de delantera, entrenadora y preparador físico, más delegada, mánager. El club te da ya el lunes el plan de viaje y la organización es perfecta. El plan físico es personalizado. Las instalaciones están genial. Waikato tiene un estadio, con un gimnasio a la última y cinco campos complementarios. Da trabajo a mucha gente», detalla.

«Digamos que si mi objetivo era conocer el rugbi de un país de referencia como este y crecer como jugadora y persona, está más que encaminado», concluye.

Costumbres

A la experiencia personal de vivir en Inglaterra para jugar para Richmond, Berta García añade ahora sus vivencias en el país kiwi. «Los desplazamientos en avión, fundamentales entre islas, me sorprendieron por lo ágiles que son burocráticamente hablando. No hay controles, se trata de trafico interno, no tienen miedo de perder las maletas, los aviones son pequeños y frecuentes», cuenta. «Pero hay muchas más cosas que me llamaron la atención. Como la seguridad. No hay robos. La gente deja abiertos sus casas y sus coches», describe. «Y hay mucha gente que va descalza. Por eso tienen los pies tan fuertes y activos para hacer contrapié, algo muy importante para el rugbi», dice.

«Está siendo genial. No quiero que se acabe», resume.