Sebastian Vettel, el campeón abucheado

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Vettel y Horner, en el podio de Singapur
Vettel y Horner, en el podio de Singapur DIEGO AZUBEL

El alemán escuchó pitos en la celebración de su victoria en el Gran Premio de Singapur

24 sep 2013 . Actualizado a las 09:36 h.

Sebastian Vettel camina imparable hacia su cuarto Mundial de Fórmula 1, pero ya no sólo tiene rivales dentro de la pista: el alemán deberá aprender a convivir con los abucheos de la grada para no distraerse en la recta final, algo que temen en Red Bull. El líder indiscutible se lo toma por ahora con aparente serenidad, pues sabe que dentro de tres semanas puede conquistar su cuarto título consecutivo por muchos gritos en contra que escuche.

Sin embargo, su jefe, Christian Horner, cree que si los abucheos se repiten pueden llegar a despistar al alemán en su camino a la gloria.

«Por su puesto que dice que no le afecta, pero él también es una persona», dijo Horner después de vencer con autoridad el Gran Premio de Singapur, el segundo consecutivo en el que Vettel recibe abucheos en lo más alto del cajón.

El jefe de Red Bull no cree que las antipatías hacia Vettel sean por la personalidad del alemán: «La gente apoya al débil, es normal». El piloto se refirió al tema con su habitual humor sarcástico. «Están en un tour, viajan en autobús», dijo Vettel, que también escuchó silbidos dos semanas antes en Monza, la casa de Ferrari. «Si algunos abuchean me lo tomo como un piropo. Tienen envidia», añadió después de su séptima victoria en las 13 carreras del 2013.

El británico Lewis Hamilton, de Mercedes, lamentó la imagen del podio: «Nadie debería ser abucheado por su éxito, da igual lo difícil o fácil que fuera lograrlo. Definitivamente eso no está bien. Él está camino de su cuarto título y merece consideración». Desde Ferrari también criticaron los silbidos, pero el jefe de la Scuderia, Stefano Domenicali, lo ve también como un ejemplo del amor de las gradas hacia el equipo italiano.

«No me alegré cuando escuché que Vettel fue abucheado en el podio de Singapur. El piloto alemán lo hizo perfecto y fue ayudado por un coche tan rápido como fiable: eso debería ser reconocido. Pero por otra parte, eso muestra que el apoyo a Ferrari es único e increíble, que la pasión que inspira el cavallino rampante es verdaderamente global», dijo en declaraciones publicadas en la página web de Ferrari.

La prensa internacional se rindió de nuevo a los pies de Vettel, que voló a bordo de su Red Bull en Singapur para lograr su victoria número 33 en la máxima categoría del motor. «Un comienzo como Bolt y una táctica de genio», señaló el diario italiano La Gazzetta dello Sport. «Vettel apaga el interruptor del Mundial», escribió el austríaco Kurier. «Si puediera decidir, le daría hoy mismo el título», señaló el ex campeón del mundo Niki Lauda.

Cuenta atrás para el título

Después de su tercer triunfo consecutivo bajo las luces de Singapur, Vettel tiene 60 puntos de ventaja sobre Fernando Alonso, segundo en Marina Bay a bordo de su Ferrari. La puja durará por lo menos dos semanas más: Vettel podría proclamarse campeón antes de abandonar la gira asiática. Si el alemán gana en Corea del Sur y Japón y Alonso logra menos de 11 puntos, el cuarto título del piloto de Red Bull será una realidad con cuatro Grandes Premios por disputarse.

Sin embargo, pocos dudan de que si no es en Japón, será en India, Abu Dhabi, Austin o Brasil. «Se necesita una invasión de Corea del Norte en Corea del Sur, un terremoto en Japón, una fiebre de dengue en India, una tormenta de arena en Abu Dhabi, un tiroteo en Texas y un atraco a mano armada en Brasil para apartar a Vettel de su cuarto Mundial», sentenció el diario británico Daily Mail.

La escudería Ferrari parece haber tomado nota y anunció que dedicará a partir de ahora casi todos sus esfuerzos a desarrollar el coche de la próxima temporada. «Ahora está claro que nuestras energías se concentrarán al 99 por ciento en el proyecto para el 2014, porque es tan complicado como importante», dijo Domenicali. Vettel tiene vía libre hacia su cuarto Mundial. Con o sin abucheos.