Xustiza Deportiva antepone el deseo de un menor de irse al Atlético al derecho del Celta de retenerlo
29 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Con solo 14 años, Abel Álvarez Ramos ha revolucionado el fútbol español. Etíope de nacimiento y afincado en Vigo ha conseguido que el Comité Galego de Xustiza Deportiva le dé la razón en una reclamación interpuesta por el Celta cuando decidió fichar por el Atlético de Madrid.
El órgano autonómico de justicia, amparándose en la Ley do Deporte de Galicia, estima que debe prevalecer el deseo del niño por encima del compromiso suscrito con el club. La legislación autonómica indica que ninguna entidad puede exigir cantidad alguna en concepto de derechos de formación o retención ni otra compensación económica por los deportistas menores de 16 años.
Según el reglamento federativo, los clubes tienen derecho a retener a los jugadores menores de 16 años durante una temporada cada vez que cambian de categoría, salvo que el futbolista comunique lo contrario entre el 1 y el 31 de julio de ese año. Así lo hizo el Celta el verano pasado cuando Abel pasó de infantil a cadete y, según alega la entidad, no notificó su deseo de irse. En cambio, el padre asegura que el 30 de julio remitió una carta por correo ordinario al club informando del deseo de su hijo, pero que además antes lo había anunciado de palabra.
El caso es que el joven abandonó Vigo y fichó por el conjunto rojiblanco, matriculándose en agosto en el centro educativo en el que cursa estudios. Debido a los diferentes recursos presentados ante las instancias deportivas, el asunto no llegó al comité de justicia deportiva hasta este año, cuando Abel ya tenía su vida organizada con curso escolar iniciado en Madrid.
Perjuicio de volver
Este aspecto, la Lei do Deporte y un informe psicológico que indica que la posibilidad de tener que regresar a Galicia está perjudicando al pequeño, han sido decisivos para que la instancia autonómica presidida por Miguel Juane haya fallado a favor del futbolista.
El Comité no duda de que el Celta, en contra de lo que dice el padre de Abel, no haya recibido la renuncia en tiempo y forma; tampoco de que su marcha al Atlético pueda tener alguna recompensa económica; sin embargo, asegura que «por su condición de menor de 14 años, tiene la condición jurídica de protegido».
Por este motivo dictamina: «El presente caso, atendiendo a las circunstancias concurrentes de que vive y se encuentra escolarizado en Madrid desde agosto del 2012; de que es imposible físicamente que en lo que queda de temporada pueda retornar a la disciplina del Celta; de que la imposibilidad de jugar en el equipo de su elección está influyéndole negativamente en el plano emocional y de que ningún beneficio específico obtiene el Celta con el mantenimiento de esta situación que en este caso concreto aparece rozando las características de una auténtica sanción al menor, todas esas circunstancias ciertamente excepcionales abocan a que la retención del menor por el Celta sea contraria a derecho».
El asunto también llegó a la oficina del Defensor del Pueblo que da la razón al pequeño y traslada el caso al Parlamento para su posible estudio.