Los modestos viven en la encrucijada

Antón Bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Jorge Sarmiento

Las inspecciones de Trabajo asustan a los clubes donde los directivos son «chicos para todo»

23 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Creo que se confunden. No saben lo que significa el fútbol modesto. Nos identifican con los equipos de Primera y Segunda y no somos nada de eso». El presidente del As Pontes, Xaime Castro, prejubilado de Endesa, pronuncia estas palabras mientras se acomoda en un pequeño despacho de las oficinas del club. Desde allí, con la ayuda desinteresada de los otros nueve miembros de la directiva, gestiona el día a día de una entidad que forma a cerca de 300 futbolistas repartidos en 12 categorías, una de ellas, la Tercera División. Asegura que ninguno percibe «ni un euro» de los algo más de 200.000 que completan el presupuesto del conjunto de la comarca de Ferrol. En cambio dedican horas y horas de su tiempo libre a levantar el proyecto. Hacen absolutamente de todo, desde ordenar las facturas hasta fregar los vestuarios o lavar la ropa de los jugadores. Su satisfacción: «Ver a los chicos disfrutar con el balón».

La situación

«Queremos una fórmula para que podamos regularizarlo todo»

Xaime Castro es sincero. Reconoce que el comienzo de las inspecciones por parte de Trabajo y Hacienda a los clubes de Tercera División les genera inquietud. «Sabemos que algunos de los pagos que realizamos no son correctos», comenta. «Pero si tuviésemos que dar de alta a los futbolistas, a los que les damos una gratificación en concepto de desplazamientos, esto sería insostenible», recalca. «Somos los primeros que queremos que esto se solucione. Que se busque una fórmula para que podamos regularizarlo todo, porque ahora, además de dejarnos la vida en el club, nos sentimos delincuentes», destaca Castro.

Las rifas y la cantina

«Si me descuentan los impuestos no me merece la pena»

Para sostenerse, como la mayor parte de los equipos modestos, el As Pontes realiza rifas durante los partidos de casa. Dos botellas de vino y un queso. Lo que recauda sirve para tapar agujeros en las cuentas. «¿Debemos tributar por estas rifas?», se pregunta Xaime Castro. «Con la ley en la mano, sí. Pero si a mí me dicen que tengo que hacer todo el papeleo de esta rifa y me descuentan los impuestos, no me merece la pena hacerla», destaca. Lo mismo ocurre en el caso de la cantina o en la puerta de acceso al estadio. «Para despachar las bebidas -afirma- que se sirven durante los partidos, nos echan una mano padres de niños del club. Sé que no debería ser así, pero esto es un club, no un equipo profesional».

El presupuesto

«El equipo lo sostiene el Concello que pone toda su voluntad»

Con la crisis, cuadrar las cifras de un club se ha vuelto una misión imposible. «Antes disponíamos del respaldo de Endesa, pero en estos tiempos es complicadísimo que las empresas privadas te presten apoyo», destaca el presidente del As Pontes. «Al margen de Endesa, las que nos ayudaban en el pasado, han ido cerrando poco a poco. Esto lo sostiene el Concello que pone toda su voluntad y tiene posibilidades para que siga funcionando», recalca Xaime Castro mientras abre la puerta del vestuario del primer equipo. Una sala modesta, con lo justo, pero muy alejada del lujo de los clubes de Primera y Segunda División. «No deberíamos olvidar que el 90% del fútbol es así».