La injusticia de investigar «al milímetro» a los más débiles, el fútbol modesto, y no haber tenido suficiente mano dura con los conjuntos de Primera y Segunda División, a los que se les ha transigido con deudas millonarias, es un sentimiento general entre los directivos de los clubes gallegos. Algunos advierten de que si las inspecciones siguen adelante, estas entidades deportivas podrían desaparecer.
«Si investigan a equipos como el Bouzas, Vilalbés o Bergantiños, nos puede pasar a nosotros cualquier día y es increíble», apunta el presidente del Barbadás, José Manuel Fernández. «A todos nos cuesta completar nuestro presupuesto. Ingresos como los de las rifas y las cantinas van directamente para los gastos del propio club, nosotros no tenemos contrato alguno y es que tampoco sería lógico dar de alta a un jugador al que apenas le das una pequeña gratificación», puntualiza. Por su parte, el vicepresidente del Boiro, Mario Otero, se muestra muy crítico estos controles exhaustivos a los equipos de Tercera y Preferente. Admite que en caso de que se sigan llevando a cabo, «todos los equipos desapareceremos», pues, según indica, «esto no lo resiste nadie».
La quiniela, posible solución
El dirigente del club boirense insistió en que dicha medida «no tiene ni pies ni cabeza», pero también ofreció soluciones para que los equipos más modestos pudiesen adaptarse a la legislación, como el reparto del 10% de los ingresos de las quinielas para el fútbol no profesional.
Mañana la Asociación de Clubes Galegos ha convocado a todos los equipos de Segunda B, Tercera y Preferente para ahondar en este asunto.