El Octavio da un paso al frente al ganar en Cuenca

La Voz

DEPORTES

XOAN CARLOS GIL

Las intervenciones de Chantada y el manejo de los tiempos fueron clave

13 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tanteador cada 5 minutos: 1-1, 4-4, 7-7, 10-10, 13-14, 15-17, descanso, 15-21, 18-24, 21-28, 25-28, 26-30 y 27-33

Árbitros: Merino Mori y Moyano Prieto. Excluyeron, por parte local, a Corzo (2), Mendoza y Sifre. Por parte visitante a Kallman, Macías, Vargas, Frade (2), Dasilva y Polakovic.

Incidencias: 14ª jornada de la liga Asobal. Polideportivo El Sargal. 1.200 espectadores.

Moyano; Fede (3), Corzo , Sorrentino (5), Mendoza (2), Ángel Pérez (5, 2p), Sifre (7, 1p), siete inicial, De Hita (p), Simonet (3), Garza, Juanjo Fernández (1), Nacho Moya (1) y Álvaro Pérez-Ortiz.

Chantada; Juárez (1), Rafa Dasilva (2), Pablo Cacheda (10), Kallman (6), Víctor Frade (3), Cerillo (8, 4p), siete inicial, Jorge García (p), Alemany, Vargas, Pablo Macías y Polakovic (3).

El Academia Octavio prolongó su racha victoriosa en Cuenca, donde sólo ha perdido una vez en las últimas cuatro visitas, y se llevó una victoria clara y merecida ante el Globalcaja.

La primera parte fue del Academia Octavio, mucho más serio y práctico en el ataque y apretando en defensa. Los conquenses encontraron con mucha dificultad la opción clara de lanzamiento y en ocho ocasiones se encontraron con un inspirado Pablo Chantada. Todo lo contrario que en la portería del Globalcaja donde, tanto Moyano como Álvaro de Hita se mostraron totalmente desacertados, juntando entre los dos cuatro paradas de nueve metros.

Tampoco defendió el equipo de Zupo. Su 6-0, sobre la línea de seis metros, permitió la fácil circulación del balón en el que Dasilva y Cacheda se manejaron a su antojo. El Octavio supo mantenerse por delante con tranquilidad, sabedor de que había que dosificarse. Le salió muy bien porque al descanso ganaba 15-17.

Tras el descanso el partido se convirtió para los locales en fallar todo lo que se lanzaba ante Chantada y encajar todo lo que le llegaba a Moyano. El Octavio jugó andando porque le servía, pero con una practicidad sólo al alcance de grandes equipos. El marcador se disparó, 16-23, el partido pareció sentenciado. Solo a falta de diez minutos el Cuenca amagó con rehacerse (25-28), pero a falta de diez minutos, pero Chantada y los fallos locales decidieron.