Federer recibe críticas desde Suiza por exigir más dinero y no comprometerse con la Copa Davis

Dpa

DEPORTES

ARND WIEGMANN

El tenista suizo quiere cuadriplicar el premio del torneo de Basilea, en su ciudad natal

31 oct 2012 . Actualizado a las 03:05 h.

Roger Federer no es perfecto, y Suiza tampoco. El número uno del tenis mundial, al que muchos consideran el mejor jugador de todos los tiempos, está comenzando a sentir algo incómodo para él: la crítica en su propio país.

«En la cancha juega como si fuera un jugador de otro planeta, pero fuera de ella es más terrenal de lo que queríamos admitir. Un tanto imperfecto y muy humano», escribió recientemente el diario suizo Tages Anzeiger.

¿Cuál es la crítica? Podría resumirse en demasiado amor por el dinero y escaso compromiso con la Copa Davis. El paso de Federer la semana pasada por Basilea, el torneo de su ciudad natal, no sólo fue amargo por perder en el tie break del tercer set la final ante el argentino Juan Martín del Potro.

Hubo más que eso. En los pasillos del St. Jakobshalle, sede del tradicional torneo bajo techo en la recta final de la temporada, se comentaron con asombro las renovadas exigencias del suizo de 31 años para jugar a partir del año próximo el certamen en el que dos décadas atrás era ball-boy (recogepelotas).

En los últimos cuatro años Federer cobró 500.000 dólares por torneo, libres de impuestos, además de los premios oficiales. Fuentes del torneo aseguraron a Dpa que el reclamo ahora apunta a cuadruplicar el pago, dos millones al año, aunque los medios suizos hablan de entre un millón y un millón y medio.

«No somos Qatar», dejó caer hace un tiempo el presidente de la Federación Suiza de Tenis, René Stammbach. El director del torneo, Rogger Brennwald, fue por el mismo camino: «Intentamos todo para que esta historia de amor continue, pero no tenemos medios ilimitados. Quizás no podamos mantener el ritmo, no todos pueden tener un Rolls-Royce».

Federer niega que el problema sea de dinero. «Si así fuera, habría tomado otras decisiones, habría jugado siempre en Asia. Siempre le di prioridad a Basilea. ya ayudé mucho al torneo, ahora depende más de ellos que de mí», aseguró el suizo, que jugó las últimas siete finales del certamen y ganó cinco de ellas.

La viabilidad de Basilea como torneo de mediana importancia depende en buena parte de Federer. Sin él, el público y los patrocinadores disminuirían en forma importante. El suizo lo sabe, y es cierto que, al jugar en su ciudad y despreciar otros torneos en Asia en semanas cercanas o incluso lucrativas exhibiciones, renunció los últimos años a muchos millones de dólares.

Pero en la tierra de Federer crecen los seguidores de Rafael Nadal, en especial entre las generaciones jóvenes. Medios suizos de referencia señalaron a que reciben con frecuencia cartas elogiando al español, que es bastante diferente a Federer a la hora de encarar el otro tema que está complicando la imagen del suizo: la Copa Davis.

Lesionado varias veces a lo largo de su carrera, sólo sus limitaciones físicas le impidieron a Nadal jugar con más frecuencia la Davis, un certamen que ganó de todos modos ya cuatro veces.

Federer, en cambio, tiene una relación un tanto esquizofrénica con el tema: dice que sueña con ganar la Copa Davis, en la que Suiza fue apenas una vez finalista, pero casi nunca la juega.

La federación suiza debió trasladar la serie de primera ronda en febrero ante la República Checa de Basilea a Ginebra, porque Federer dio a entender que situar el choque en su ciudad lo presionaba en exceso a jugar.

Satanislas Wawrinka, «número dos» suizo, admitió recientemente su decepción. «No entiendo a Roger Federer», dijo. Y Marco Chiudinelli, «número tres» suizo e íntimo amigo del 17 veces campeón de Grand Slam, dijo a dpa que tiene pocas esperanzas de que juegue. «Y no creo que podramos convencerlo».

Tony Godsick, manager de Federer, ya dijo al Tages Anzeiger que su representado será muy selectivo en el futuro, porque, al adelantarse la fecha del Masters de Londres, jugar tres semanas consecutivas en Basilea, París y la capital británica no es lo más recomendable.

«Vamos a esperar y analizar», añadió Godsick, aunque el diario alemán ya sacó sus conclusiones: «Tras la exigencia del año olímpico, Federer busca planificar con inteligencia, con la intención de extender su carrera al máximo. Parece barajar no darle ya la prioridad máxima al torneo de su ciudad. Como ya sucedió en los últimos años con la Copa Davis».