A pedradas con un portero

p. penedo / m. rodríguez VILAGARCÍA, OURENSE / LA VOZ

DEPORTES

PABLO ARAUJO

El árbitro del Ourense-Arousa B de juveniles suspendió el partido después de que unos jóvenes arrojasen piedras desde la terraza de un centro comercial

02 oct 2012 . Actualizado a las 14:06 h.

«Cuidado, que pudo haber sido grave». José María López, entrenador del Arousa B, recordaba ayer el triste episodio vivido el pasado sábado en la visita de su equipo al Ourense en la tercera jornada de la Liga Gallega Juvenil. Un episodio que acabó con el partido suspendido por el colegiado del mismo en el minuto 67 ante los graves incidentes registrados. Y ni los integrantes de los equipos, ni los aficionados presentes, tuvieron nada que ver.

Un grupo de jóvenes de entre 18 y 22 años, según recuerda José López empezó a lanzar piedras a Jose, el portero del Arousa B, al cuarto de hora de la segunda parte. Con un problema añadido. Que lo hicieron desde una altura de unos 30 metros, desde la explanada del centro comercial situado por encima del terreno de juego de los Salesianos en el que el Ourense concentra la actividad de su cantera.

«Nuestro portero se apartó», relata el técnico vilagarciano. «El árbitro le preguntó qué pasaba», y al ver lo que estaba ocurriendo, «paró el juego, cogió una piedra y habló con el delegado de campo». El colegiado mandó reanudar el choque, pero como «a los dos o tres minutos volvieron a empezar a lanzar piedras, decidió parar y pedir que se llamase a la policía».

Hasta la explanada del centro comercial se trasladó una patrulla de la Policía Local. Según el entrenador del Arousa B los vándalos todavía estaban en el lugar. Desde le Ourense, por el contrario, ayer informaron de que cuando la fuerza pública se personó en el lugar «ya no pudieron identificar a nadie». Sea como fuere, dice López, el caso es que el delegado local «le pidió a la policía si podía continuar allí hasta que acabase el partido», al que le faltaban 23 minutos reglamentarios. Si embargo, los agentes decidieron no quedarse.

Así las cosas, el árbitro decidió suspender definitivamente el encuentro, con 2-3 en el marcador. Y por lo visto, no era para menos. «Cuidado que eran unos 30 metros de altura. Si le cae una piedra en la cabeza al chaval, lo revienta», sostiene José López, que explica cómo el colegiado «reflejó en el acta que eran piedras de 2 por 2 centímetros y 1 de grosor, y se llevó alguna con él».

Macabro precedente, y reacción

Los parones en el partido dieron pie a las conversaciones entre ambos equipos. Y de ellas el entrenador visitante se enteró de que «hace unos días, desde el mismo lugar, tiraron una bolsa de basura con una rata muerta dentro durante un entrenamiento de un equipo benjamín».

Así las cosas, desde el club ourensano, su vicepresidente, Moncho Fernández, manifestaba ayer que el de la explanada «es un tema que nos preocupa». Es por ello que el club remitirá en breve al centro comercial de la plaza que, al menos en los días de partidos, aumente la vigilancia en la zona, o bien incremente la seguridad de las instalaciones con unas vallas más altas. Fernández quiso dejar claro que lo que pase en la explanada «no es nuestra responsabilidad, porque es un espacio fuera del campo».