Federer, a por el oro ante la Union Jack de Murray

DEPORTES

El suizo ataca un reto inédito ante un escocés que defiende en Wimbledon al Reino Unido

05 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Roger Federer camina con ritmo pausado por una de las pasarelas que comunican la pista central de Wimbledon con la zona de entrevistas para la televisión. En su mente quizás repase todavía satisfecho los momentos de máxima tensión de su semifinal interminable con Juan Martín del Potro. Da unos pasos, escucha el júbilo del gentío y levanta la mano con tranquilidad y condescendencia mientras esboza una sonrisa. Una rutina, la del primer contacto con el público que no ha tenido acceso a la pista central, que el viernes se tornó diferente. El monstruo de los 17 grandes acababa de derribar otra barrera, pero a continuación, ya esta tarde, le espera otro reto inédito. Disputa su primera final de unos Juegos Olímpicos, en el escenario irrepetible de la catedral del tenis, pero esta vez el partido ofrece tintes de revancha. Allí ganó hace cuatro semanas a Andy Murray, con el que vuelve a enfrentarse (TVE, 15.00). Aunque ahora su rival no es un escocés que marca alguna distancia con el sentimiento británico, un tenista de Dunblane de paso en Londres. Ahora defiende la Union Jack, ahora juega por todo el Reino Unido en los Juegos de Londres. Ahora busca un oro en un ambiente de Copa Davis. Así que se espera una atmósfera diferente.

A punto de cumplir los 31 años, Federer parte con varios argumentos a su favor. Nadie ganó más títulos nunca en la catedral, el triunfo de hace un mes le llena de confianza y, si el techo retráctil se cierra por la lluvia, nadie maneja como él las condiciones de una pista cubierta. El triunfo del viernes garantizaba la primera medalla para Suiza, que ayer se anotó otra en triatlón femenino con Nicola Spirig. Y también le concede la primera de su carrera a nivel individual, pues ya ganó el título de dobles en Pekín 2008 junto a Stanislas Wawrinka. «Me gustó mi actitud», destaca sobre la victoria del sábado, cuando evitó en el tercer set gestos y señales negativas en los instantes más delicados.

A los 25 años, Murray vive hoy el mejor momento de su carrera. Ahora mismo ya vuela algo más alto que Novak Djokovic, y solo le falta dar el estirón que pegó el serbio en el 2011. No tiene un grande, pero se le ve más suelto que nunca. La final de Wimbledon se le escapó por detalles, y esta semana, al mismo tiempo que avanzaba en la prueba individual, consiguió clasificarse para el encuentro decisivo en la de dobles mixtos junto a Laura Robson, una promesa de 18 años que no acababa de explotar.