Usain Bolt y Yohan Blake, una amistad a prueba en Londres 2012

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Abrazo entre ambos atletas en una prueba celebrada en Jamaica recientemente.
Abrazo entre ambos atletas en una prueba celebrada en Jamaica recientemente. IVAN ALVARADO

Los jamaicanos no solo comparten entrenamientos bajo las órdenes de Glen Mills, sino que aseguran ser buenos amigos

04 ago 2012 . Actualizado a las 02:57 h.

Comparten entrenamientos bajo las órdenes de Glen Mills, y aseguran ser buenos amigos.

A ambos les gustan los coches, la música y el cricket, pero son dos personalidades diferentes. Bolt adora las fiestas, Blake no. Bolt fue siempre perezoso, Blake no. Bolt es extrovertido y bromista, Blake no.

«Entrenamos juntos todos los días. Mantenemos una buena química», asegura el segundo. «Pero cuando se trata de competir cada uno va a lo suyo».

Y en Londres se trata de competir. Blake, de 22 años, no estuvo en Pekín cuando Bolt ganó los 100, 200 y 4x100 metros con tres récords del mundo.

Tampoco estuvo un año después en el Mundial de Berlín, donde Bolt llevó de nuevo al sprint al límite al marcar dos nuevas plusmarcas en los 100 y 200: 9,58 y 19,19 segundos.

Bolt adora las fiestas, Blake no

Por entonces, el joven prodigio de la factoría Racers Track Club de Mills era sólo el pupilo de la indiscutible estrella mundial del atletismo.

Bolt, de 25 años, ejercía de maestro y de hermano mayor, lo orientaba y bromeaba con él. Fue por entonces cuando le puso el apodo de La Bestia por su infatigable forma de entrenarse.

Pero si Blake se esforzaba así era precisamente para superar al maestro, para llegar a ser más grande que su mentor. El primer aviso llegó en 2011 en el Mundial de Daegu.

La joven promesa era ya una realidad y no desprovechó el regalo de Bolt, que hizo salida nula y fue descalificado. Blake ganó la carrera y le quitó el cetro mundial.

«Ahora que Blake es campeón del mundo, será curioso ver cómo va su amistad con Bolt», dijo entonces el tercer gran sprinter jamaicano, Asafa Powell.

El plusmarquista mundial ganó más tarde el 200 y batió el récord del mundo junto a Blake en el 4x100, así que todo parecía de nuevo en su sitio.

Hasta que poco después, el alumno dio el primer aviso serio de verdad: en el meeting de Bruselas, corrió los 200, la prueba preferida de su amigo, en 19,26 segundos, la segunda mejor marca de la historia.

«Creo que los consejos se acabaron», dijo entonces Bolt, no se sabe si medio en broma o medio en serio.

No parece que le hagan mucha falta, pues este año, Blake lo batió tanto en el hectómetro como en el doble en los «trials» jamaicanos.

Tras su victoria, el atleta se quedó mudo por orden de Mills.

«Entrenar juntos ahora no es un problema, nadie da el 100 por ciento justo antes de la competición», explicó a dpa el entrenador jamaicano Ian Weakly. «El problema será después, en enero, febrero, marzo. Algo va a cambiar después de los Juegos. No será nunca lo mismo».

Mills no tiene problema en que sigan juntos. Pero serán los atletas los que deberán decidir si quieren hacerlo.

«Quiero ser una leyenda», insiste Bolt desde hace años. Si perdiera ante Blake, ¿podría soportar ver a diario sobre la misma pista azul de la Universidad de West Indies Mona al hombre que arruinó el sueño de una vida?