Wiggins se viste con el maillot amarillo en la primera jornada de montaña del Tour de Francia

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DEPORTES

YORICK JANSENS

Su compañero y compatriota Chris Froome fue el vencedor de la etapa. Samuel Sánchez cedió más de un minuto

22 jul 2012 . Actualizado a las 00:38 h.

El británico Bradley Wiggins se colocó este sábado como líder del Tour de Francia de ciclismo en la séptima etapa, primera con final en alto y que ganó su compatriota y compañero del equipo Sky Chris Froome.

Máximo favorito a la victoria final, Wiggins arrebató el maillot amarillo al suizo Fabian Cancellara, que entró en meta a casi dos minutos del grupo inicial, formado por Froome, Wiggins, el australiano Cadel Evans y el italiano Vincenzo Nibali.

Evans, ganador del Tour en 2011, ascendió al segundo puesto de la clasificación general y se mantiene a diez segundos de Wiggins, mientras que Nibali ocupa el tercer puesto a 16 segundos del líder.

La clasificación de la ronda gala está como preveían los especialistas después del primer final en alto: Wiggins y Evans comandan la tabla y todo apunta a que será uno de ellos el que llegue el 22 de julio a París vestido de amarillo.

«Este maillot era mi primer objetivo. Era mi sueño desde la infancia», aseguró Wiggins.

Los últimos kilómetros de la séptima etapa, de 199 kilómetros y disputada entre la localidad de Tomblaine y el puerto de La Planche des Belles Filles, fueron manejados a la perfección por el Sky. Con un ritmo vertiginoso, los miembros del equipo británico fueron dejando atrás a muchos ciclistas hasta dejar el grupo que se disputaría la victoria de etapa en cuatro corredores.

Evans, que carece de un equipo de garantías como el Sky, fue el primero en atacar a falta de menos de un kilómetro. Pero Froome, británico nacido en Kenia, llegó más fresco a los metros finales, consiguió su primera victoria en la carrera ciclista más prestigiosa del mundo y de paso se enfundó el maillot de la clasificación de la montaña.

«Fue un gran día para nosotros», dijo el alemán Christian Knees, el compañero de Froome y Wiggins que manejó los tiempos al comienzo de la ascensión a La Planche des Belles Filles. «Pero tenemos que tener los pies sobre la tierra. Estamos aquí para llegar a París de amarillo: es un camino todavía muy largo», calmó Knees cualquier atisbo de euforia.

En la subida a La Planche des Belles Filles, de menos de seis kilómetros pero con rampas de hasta el 14 por ciento de desnivel, sucumbieron varios aspirantes al podio final en París.

El español Samuel Sánchez cedió más de un minuto en las rampas del primer gran puerto del Tour y queda duodécimo a 2:20 minutos de Wiggins en la clasificación general. El alemán Andreas Klöden tampoco pudo seguir el ritmo de los favoritos y se quedó fuera del top ten de la clasificación general.

El domingo se disputará la octava etapa, de 157 kilómetros entre Belfort y Porrentruy. Los ciclistas ascenderán siete puertos, entre ellos cuatro de segunda categoría y uno de primera.

Una nueva oportunidad para que Wiggins y su Sky endurezcan la carrera y castiguen las piernas de Evans, que presumiblemente será el único de su equipo (BMC) que llegará con el grupo de favoritos a la última ascensión.