El Chelsea gana la final de la Champions al Bayern en la tanda de penaltis

DEPORTES

DYLAN MARTINEZ

Un lanzamiento de Drogba da la primera Copa de Europa al multimillonario proyecto de Roman Abramovic en el club londinense

20 may 2012 . Actualizado a las 02:58 h.

Didier Drogba fue el ancla del Chelsea en la Champions y el destino le dejó la oportunidad de reclamar el título en propiedad con un penalti decisivo que le acabó dando al equipo londinense la primera Copa de Europa de su historia, cientos de millones de euros después de la inversión de Roman Abramovich en Stamford Bridge. Venció el Chelsea al Bayern de Múnich en la incertidumbre de los penaltis, después de un partido donde el equipo alemán no supo ganar, atenazado por las prisas y los nervios de jugar como local, incapaz de ser clarividente ante otro planteamiento conservador del Chelsea, que forzó la prórroga con otro gol de Drogba y sobrevivió a una pena máxima errada por Robben en el inicio del tiempo extra. En todo intervinieron el delantero marfileño y Petr Cech, que detuvo ese lanzamiento y otro más en la tanda decisiva.

No llegaron ni Madrid ni Barcelona a la final de la Champions, pero quizás al Chelsea no le avisaron, porque su planteamiento fue el mismo que ante los azulgrana y el que desplegaría ante cualquier rival con el que asumiera su condición de inferioridad. No quiso mirar de tú a tú al Bayern, se dedicó a acumular cuerpos ante Cech y dejar a su suerte a un titánico Drogba, otra vez exigido por un esfuerzo físico casi sobrehumano. Convirtió Di Matteo a Juan Mata, su mejor futbolista, en testigo de excepción, como ya le sucedió ante el Barcelona. El mediapunta español dejó los mejores detalles de fútbol del partido, pero se pudieron contar con los dedos de la mano, como las pelotas que tocó. Lastrado por las bajas y por su propia opción estética, el Chelsea no propuso más que orden y un delantero de época.

El Bayern, un equipo de una sola dirección y sin pausa, se fue una y otra vez contra el muro del Chelsea. Con escaso éxito porque le faltó claridad en la mayoría de sus empujones. Se aturullaron por acumulación y por falta de ideas, porque Müller es un llegador y le faltaba espacio para llegar, y porque Mario Gómez parece más rígido en las distancias cortas. El cerco del Bayern era indiscutible a pesar de que el Chelsea salía con alguna alegría más que lo visto en la semifinal. Kalou remató a las manos de Neuer en el minuto 37 en la mejor jugada de los londinenses. Pero al Bayern le faltó un último pase, una pizca de luz en la maraña de piernas y en la tensión de la final jugada en casa.

Lo intentaron incesantes Robben y Ribery, por mucho que Di Matteo reforzó los costados con Kalou y el debutante Bertrand para ayudar a sus laterales. Dispararon con peligro Kroos y Schweinsteiger, y Robben encontró la parada de Cech y el palo en la mejor ocasión de los bávaros. Mario Gómez maniobró con clase en el área, pero erró su disparo cuando tenía por fin un panorama despejado ante la portería. Encontró el gol Ribery en el arranque del segundo tiempo, pero estaba impedido por el fuera de juego tras el tiro de Robben.

Empezaron a pesar las piernas al Bayern y el individualismo se añadía a los problemas del Bayern para desbaratar el sistema del Chelsea, que sin embargo no conseguía preocupar a Neuer. Apenas un tiro de Drogba tras un mal despeje del ex del Schalke, mientras Di Matteo refrescaba su batallón con Malouda. Se encaminaba el partido a la prórroga cuando Kroos centró al segundo palo y Müller por fin encontró camino para llegar desde atrás. Remató de cabeza no muy limpiamente, pero superó a Cech con un balón picado.

Tuvo que reaccionar el Chelsea porque era el minuto 82 y se le acababa el tiempo. Entró Fernando Torres buscando el milagro del Camp Nou, pero la aparición llegó de otra forma: el Chelsea, en su primer córner del partido por 16 de los alemanes, encontró el infinito resuello de Drogba, que remató de cabeza por encima de todos el centro de Mata para superar a Neuer y enviar el partido a la prórroga.

Al Bayern se le aparecieron todos los demonios posibles de una temporada fallida culminada por la posible derrota en casa en la final de Champions y el recuerdo del fiasco de Barcelona contra el Manchester United. Más cuando Drogba cometió un inocente penalti sobre Ribery que Robben falló en una gran intervención de Cech, el jugador más determinante para el Chelsea en el tramo final de la temporada junto al gigante marfileño. El Chelsea olía la sangre y creció a través de Fernando Torres, fino con la pelota, profundo por su velocidad, ofreciendo mejores sensaciones que hace unos meses.

Se fundieron las piernas de Ribery y el Bayern acusó el golpe de la prórroga y del penalti errado. Pero tuvo el gol de la victoria cuando Olic, relevo de Ribery, trató de dejarle el gol en bandeja a Van Buyten, que no llegó. Todo quedó pendiente de los penaltis, donde Drogba recibió el premio a su figura inconmensurable con el lanzamiento decisivo. El Chelsea, desde una propuesta menor, se lleva el premio gordo del fútbol europeo.

1-0, min 82: Müller remata un centro en el segundo palo.

1-1, min 88: Drogba remata un córner lanzado por Mata.

Min 93: Penalti a favor del Bayern por falta de Drogba sobre Ribery. Lo falla Robben.

Tanda de penaltis

Lahm marca el primero; Mata falla y Neuer para.

Mario Gómez marca; David Luiz marca.

Neuer marca; Lampard marca.

Olic falla, para Cech; Ashley Cole marca (3-3).

Schweinsteiger falla, al palo; Drogba marca. El Chelsea campeón de Europa.

Bayern: Neuer; Boateng, Lahm, Contento, Tymoschuck; Kroos, Schweinsteiger, Muller (Van Buyten, min 86), Ribery (Ilic, min 96), Robben; Mario Gómez.

Chelsea: Cech; Cole, David Luiz, Cahill, Bosingwa; Mikel, Bertrand (Malouda, min 73), Lampard; Mata, Kalou (Fernando Torres, min 83), Drogba.

Arbitro: Pedro Proenca (Portugal) amonestó a Schweinsteiger, Cole, David Luiz, Drogba y Torres.