Durmiendo con el enemigo

nino soto PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Gustavo Dacal tiene el récord de jabalina, pero la Federación no se lo reconoce

04 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El tropiezo con una bola de lanzamiento de peso forjó su destino. En ese instante nació la leyenda del Hércules de Ponte Caldelas. Gustavo Dacal tenía 16 años.

Acompañaba a su hermano para jugar al futbito en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva. Sobre la pista había una bola de acero de cinco kilos de peso. Gustavo Dacal cogió la bola y la lanzó por encima de una verja de tres metros de altura. Le hablaron de la gesta a Javier López Viñas, entrenador de lanzamientos. Se acercó a Gustavo Dacal para comentar la hazaña, y este, temiendo una bronca, confesó. «Lo hice sin querer», admitió el lanzador de jabalina, de 34 años. No se trataba de un rapapolvos. Era una invitación para hacer pruebas de atletismo con la Sociedad Gimnástica.

Empezó con combinadas (lanzamientos, longitud, vallas...). Semanas después, y con unas zapatillas de clavos prestadas, se proclamó subcampeón gallego júnior de decatlón.

Ahí despegó su meteórica carrera, alcanzando la cima diez años más tarde, cuando estableció el récord de España de lanzamiento de jabalina (78,88 metros) en el año 2003. Sin embargo, la Federación de Atletismo no le reconoce la marca. Alega que Gustavo Dacal compitió con una jabalina no homologada. «Dicen que le faltaban dos milímetros en el centro de gravedad. Era la misma que habían admitido en un torneo un mes antes».

La polémica penetró como una lanza en el corazón de una sala del Tribunal Supremo. El alto órgano también avaló la plusmarca de Gustavo Dacal tras años de litigio. «Fue una animalada llevar esto al Supremo -señala-. Una estupidez».

En la actualidad, no obstante, la pataleta infantiloide de la Federación sigue perjudicando a Dacal. En los casi siete años de pleito, la Española dejó fuera de convocatorias internacionales al joven de Ponte Caldelas, entre ellas, un Mundial, un Europeo, y el año pasado, el Campeonato de Naciones.

Con 19 años debutó como internacional en Milán, después de ganar un campeonato de España júnior, registrando un lanzamiento de 65,40 metros. Tenía 22 años cuando subió a lo más alto del podio en categoría absoluta (73,14 metros). Sobre su jabalina se escriben diez campeonatos de España, otros tres como sub-23, además de 24 citas internacionales con España.

Gustavo Dacal pudo ser olímpico, pero una lesión truncó su camino al paraíso. Ahora quiere sacarse la espina clavada que tiene desde Atenas 2004. Estaba clasificado y con la maleta hecha. No obstante, mientras disputaba una carrera de vallas a seis semanas del viaje para homenajear a los dioses del Olimpo, Gustavo Dacal se fracturó el cuarto metacarpiano de su mano derecha. «Tenía la ropa preparada, el pase olímpico ... Por una tontería. Hay que digerirlo, pero fue un verdadero palo».

Estuvo escayolado cuatro semanas, y a solo dos del inicio de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, compitió en el Campeonato de España con la mano rota. «Me la jugué», recuerda. «Calentando con hielo, una férula y una venda en la mano, me saqué todo, cogí la jabalina, y gané».

Acudir a Londres 2012 sería el colofón perfecto a su envidiable trayectoria. «Tengo pendiente unas olimpiadas», subraya. «Este año lo voy a intentar».

Buscará alcanzar la mínima B (79,80 metros), aunque quizás sea insuficiente. «La Federación selecciona a dedo», precisa. «Prefieren no enviar a ningún lanzador en lugar de llevarme a mí». Gustavo Dacal es el titular del récord, pero la Española mantiene el del ya retirado Julián Sotelo (78,78 metros).

«Ya lo dijo un emperador romano. Si el pueblo tiene hambre, llevadlos al circo», señala Dacal, para ensalzar el predominio del fútbol en la sociedad española. Él jugó seis meses, en el Salgueiriños.

Gustavo Dacal fue masajista del Arxil durante tres años, y también del Teucro. Realizó unos cursos de masajista. En la pista, encontró amor en el Arxil. Se casó con la exjugadora Tatiana Gómez.

Con 19 años, y compaginando su carrera como jabalinista y las clases en la Escola de Canteiros de Poio, el atleta recibió el título de maestro-escultor. Con estos años, ya fue campeón de España.