La tortura de escalar O Ézaro

Eduardo Eiroa Millares
eduardo eiroa CEE / LA VOZ

DEPORTES

MARCOS RODRÍGUEZ

Galicia tendrá 5 etapas en la Vuelta, que hoy se presenta en Pamplona.

11 ene 2012 . Actualizado a las 16:21 h.

Las impresionantes vistas del monte Pindo y de la ría de Corcubión recibirán al pelotón de la 12.ª etapa de la Vuelta Ciclista a España del 2012, el 30 de agosto. Pocos tendrán fuerzas para disfrutar del paisaje en una meta situada en O Ézaro (Dumbría) que pasa por ser una de las más complicadas del recorrido de una carrera que hoy se presenta oficialmente en Pamplona. Cinco de las 21 etapas discurrirán por territorio gallego, arrancando en Ponteareas el 28 de agosto y saliendo de Galicia el 1 de septiembre por Os Ancares. El pelotón atravesará prácticamente Galicia de sur a norte -desde Ponteareas a Ferrol- con una última etapa -la única en la provincia de Lugo -entre Palas de Reis y Os Ancares.

Pero son los 185 kilómetros, con salida en Vilagarcía y llegada en O Ézaro los que más han llamado la atención, por el espectacular paisaje y por los dos mil metros finales, de pura escalada hasta el mirador, con desniveles que rozan hasta el 30 % en algunos tramos y que se mantienen, durante todo ese recorrido, casi siempre por encima del 14 %. Una auténtica tortura para las piernas.

«Son porcentajes muy duros, un final explosivo, del estilo del Xorret de Catí -una meta clásica de la Vuelta en Alicante-, pero con más dureza», dice Álvaro Pino, que en el año 2007 entrenó al Karpin Galicia en esa zona del municipio de Dumbría. El mítico corredor gallego cree que en esa meta un buen escalador puede perder entre 40 segundos y un minuto fácilmente.

Cree que es una etapa que se adapta más a perfiles como los de Valverde o Purito Rodríguez que a los de Contador. Quien la cruce primero tendrá que sudar. «Por lo que vi, no hay desnivel igual», dice Pino. Además, la subida se estrecha, hasta convertirse en un auténtico cuello de botella que partirá al pelotón en numerosos grupos.

En poco más de 2.000 metros los ciclistas pasarán de correr al nivel del mar a hacerlo a 270 metros de altitud. La primera pendiente roza el 30 %. Le cuesta hasta a los coches. Y quien no la suba sentado corre el riesgo de derrapar. Una prueba de fuego que, además, entra por vez primera en el recorrido de una Vuelta que tiene en esta edición un destacado color gallego.

Aunque la llegada a O Ézaro pasa por ser la más dura de la Vuelta, el resto de las metas gallegas no serán tampoco un camino de rosas para los corredores. Para llegar a O Courel en la última prueba del recorrido gallego los ciclistas tendrán que subir cinco puertos de montaña. Esa y la de O Ézaro son las dos llegadas en alto de la prueba en Galicia. Habrá diez en un trazado que recorrerá el norte de España y que favorece claramente a los escaladores.

Pontearas, estreno gallego

La primera etapa gallega discurrirá entre Ponteareas y Sanxenxo, con un recorrido sin grandes desniveles y meta pensada para los velocistas. La segunda será una contrarreloj entre Cambados y Pontevedra. La tercera, entre Vilagarcía y el mirador de O Ézaro; la cuarta, entre Santiago y Ferrol, y la quinta, entre Palas de Reis y Os Ancares.

En Galicia podrá verse una antología de toda la prueba, con una contrarreloj, previsibles llegadas al esprint, puertos de montaña y la sorpresa de O Ézaro, donde se coronará, con el Olimpo de los Celtas de fondo, quien aguante mejor los latigazos de unas pendientes casi imposibles.