Vuelve Torres, gana el Liverpool

DEPORTES

El delantero, recuperado de una lesión, desequilibró el duelo con el Manchester United que da vida a Benítez

26 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ganaron los reds , marcó Torres y Vidic acabó en la calle. Los últimos Liverpool-Manchester tienen una serie de ingredientes fijos y un puñado de sorpresas para añadir picante al partido. Esta vez fue el día del balón de playa en Anfield, con varias pelotas hinchables irrumpiendo en el campo en memoria de la que facilitó el gol encajado por Reina ante el Sunderland. El tanto que desató la furia de la hinchada contra Benítez, inflamada entre semana por la derrota en Champions frente al Olympique.

Por primera vez, The Kop , la mítica grada de uno de los estadios más emblemáticos del mundo, dio la espalda al técnico madrileño. Los mismos hooligans que se manifestaron para mantener a Benítez en su puesto antes del Liverpool-Manchester de la pasada campaña respondieron con abucheos cada decisión del míster en el encuentro de Liga de Campeones del pasado martes.

Duelo de líderes históricos

Los reds llegaban con todo en contra al gran clásico frente al equipo con el que comparten el liderato histórico de títulos de la Premier (18 por cabeza). Los de Ferguson buscaban una victoria que los mantuviera en cabeza del campeonato y abriera una brecha con su eterno rival, que diría adiós a toda una temporada apenas dos meses después de su arranque.

Pero ayer volvió Torres.

El Niño había sido ajeno a la racha de cuatro derrotas consecutivas de su equipo, apartado por una de sus recurrentes lesiones. Reapareció en Anfield entre tímidos aplausos y lo abandonó acompañado de una espectacular ovación. En los 80 minutos que separaron un momento y otro tuvo tiempo de volver loco a Evra, al que provocó una amarilla al principio del partido; ridiculizar a Ferdinand, al que dejó atrás para plantarse solo ante Van der Sar y abrir el marcador en el minuto 65; y desquiciar (una vez más) a Vidic. Una entrada a Torres le acarreó al serbio la primera de las dos tarjetas que supusieron su tercera expulsión consecutiva en un clásico.

Alrededor del ariete de Fuenlabrada creció todo su equipo, ayer huérfano de Gerrard. Sin generar demasiadas ocasiones claras (apenas una falta lanzada por Fabio Aurelio y un mano a mano de Kuyt), el Liverpool controló el encuentro, tiró a puerta el triple que su rival y solo sufrió cuando se vio por delante. Entonces, la entrada de Owen, al que su antigua hinchada recibió con silbidos, reactivó al United, que pudo empatar con un tiro a bocajarro de Valencia que se estrelló en el larguero.

Ahí murió el partido, porque los cinco minutos de descuento solo dejaron la sentencia en una contra culminada por Ngog, el sustituto de Torres, al que su entrenador dedicó un cariñoso apretón de manos en el cambio. Lo más parecido a un abrazo de agradecimiento de lo que es capaz el amnistiado Benítez.