Un disco aburrido que no está al nivel de la leyenda Pixies

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN

CULTURA

Tras la decepción inicial, «Beneath The Eyrie» apenas oferce motivos para volver a escucharlo

23 oct 2019 . Actualizado a las 17:10 h.

La explosión de rock alternativo que tuvo lugar en EE.UU. y Inglaterra a finales de los ochenta dejó en evidencia a parte de los clásicos del rock que habían perdido el nervio, apostando por el oficio a falta de inspiración. Mientras que, por ejemplo, los Rolling Stones lanzaban Steel Wheels en 1989 y se embarcaban en una aparatosa gira, bandas como Pixies alumbraban un Doolittle que, literalmente, apabullaba. Mordía como mordían en los sesenta los Stones y ya no lo hacían en los ochenta. Decían claramente: «¡Eh, chico, esta es la música más excitante que puedes escuchar hoy en día!».

Pasado el tiempo, con la disolución del grupo en 1993 y la resurrección en el 2004 como icono indie supremo, la sensación que transmite Pixies en el 2019 resulta curiosamente parecida a la de aquellos Rolling Stones de entonces. Eso sí, en formato indie, tocando en recintos más pequeños o en festivales. Un disco como Beneath The Eyrie lo acredita. Aburrido y perezoso, se trata de una suerte de ejercicio de estilo (el suyo propio) que apenas ofrece motivos para que el oyente repita la escucha tras la decepción inicial.

Esta todo ahí. Las líneas de bajo características de Kim Deal, que ahora ejecuta Paz Lenchantin; el fraseo característico de Frank Black y la alternancia eléctrico/acústica; las guitarras pretendidamente anómalas de Joey Santiago; y la batería eficaz de David Lovering. Lo que ocurre es que nada de ello pincha y lo más que llega es a despertar fantasmas de épocas pretéritas

Pueden agradar piezas como Long Rider, obligar a levantar la ceja Los surfers muertos y gustar algo St. Nazaire pero, más temprano que tarde, la cosa termina en el bostezo y la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sí, como los Stones y todos aquellos grupos a los que en su día sacaron los colores para ser hoy un dinosaurio similar: mucho pasado por recrear en los directos y poco presente que reflejar en sus discos. El próximo 26 de octubre estarán en A Coruña. Lo mejor que puede ocurrir es que se fijen más en las grandes obras que en este album totalmente olvidable.