Eduardo Risso: «En Argentina tenemos claro que no va a venir Superman a salvarnos»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

ANGEL MANSO

El ilustrador ha resucitado, junto al guionista Enrique Sánchez Abulí, a todo un clásico del cómic español: Luca Torelli, «Torpedo»

12 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es uno de los grandes esperados de Viñetas desde o Atlántico. Lleva años detrás de él el director del salón del cómic coruñés, Miguelanxo Prado, para que viniese como invitado. Pero Eduardo Risso dirige un certamen semejante a Viñetas en Argentina y las fechas de ambos solían coincidir. «Este año lo pasamos para octubre, así que en cuanto lo supe llamé a Miguelanxo para acercarme, por fin», explica el dibujante, que ha aprovechado su presencia en A Coruña -y la del guionista de Enrique Sánchez Abulí- para presentar aquí la resurrección de todo un clásico del cómic español: Luca Torelli Torpedo: «Todo un reto, porque yo no soy un gran lector de cómics, pero precisamente Torpedo sí que es uno al que siempre he seguido», admite el dibujante de Torpedo 1972: A propósito del mar muerto.

-Dice que no es un gran lector de cómics.

-Yo comencé en esto porque era lector de cómics, pero una vez lo conviertes en una profesión, cuando tienes un rato libre prefieres leer cualquier cosa antes de un cómic. Pero Torpedo es distinto.

-¿Cómo afrontó el encargo de resucitar a Luca Torelli?

-Como un desafío. Verás, cuando tuve que dibujar a Batman no entendía al superhéroe como algo importante. De entrada, porque no marcó mi niñez, yo no leía superhéroes. Por eso me gustó Batman, porque era el menos súper de los héroes. Me gustan las historias de la gente común. En Argentina sabemos que no va a venir Superman a salvarnos. Es la gente la que se ayuda unos a otros. Así que, igual que humanicé a Batman, quise en cierto modo humanizar a Torpedo.

-El resultado es magnífico.

-Gracias, pero la verdad es que no estoy muy satisfecho. Lo hice al tiempo que trabajaba en una historia con Brian Azzarello y le dediqué el tiempo que pude, pero con la edad [nació en 1959] me he ido aburguesando y ya no trabajo las horas de antes.

-¿Se le ocurre alguien mejor para este trabajo que usted?

-Realmente fui una última opción, porque cuando Jordi Bernet dijo que no volvería a dibujar a Torpedo se intentó con Das Pastoras. Y al negarse este, quedaba yo. Lo tuve que pensar, porque tengo amistad tanto con Enrique [Sánchez Abulí] como con Jordi [Bernet]. A Enrique le dije que Torpedo era Jordi. ¡Cómo iba yo a atreverme a dibujarlo! Al final, por respeto, intenté hacer un Luca Torelli diferente. Es el mismo cabrón de siempre, pero el lector va a ver a alguien diferente.

-Entre otras cosas, porque han ambientado la historia más de treinta años después, con un Torpedo envejecido.

-Claro, y no quiere reconocer el paso del tiempo. Cree que sigue siendo el mismo... Bueno, como nos pasa a todos. Tiene ciertas líneas reconocibles, pero ha modificado su aspecto y algo más. Es algo fundamental, a todos nos gusta ver crecer a los personajes, creer que son humanos, que envejecen, cambian, maduran... No puede ser que un personaje use el mismo traje en diez años, que ni se despeine.

-¿Las próximas entregas serán también de Torpedo crepuscular?

-Abulí ya tiene lista la segunda historia y sí, es en los años setenta. Pero antes veremos cómo funciona esta primera.