«El gran salto»

X. F. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La novela de Jonathan Lee se centra en explorar las motivaciones que llevaron al IRA en 1984 a estallar una bomba en el hotel Brighton donde se había reunido el Partido Conservador

28 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1984 el IRA hizo estallar una bomba en el hotel de Brighton donde se había reunido el Partido Conservador. Murieron cinco personas, pero su gran objetivo, Margaret Thatcher, salió ilesa. Jonathan Lee contaba entonces tres años y este suceso le sirve ahora para armar una novela, El gran salto, cuyo argumento avanza inexorable como la cuenta atrás del temporizador utilizado por los terroristas: una vez colocado el artefacto, solo queda esperar el fatal desenlace. Lee se vale de tres personajes para construir una atmosférica y reflexiva historia: Roy Walsh, el seudónimo del experto en explosivos reclutado por el IRA en 1978; Moose, un exdeportista, subdirector del hotel donde se alojarán los políticos; y su hija Freya, que al acabar sus estudios secundarios trabaja en el establecimiento como recepcionista, a la espera de un futuro confuso e incierto. A pesar de un cierto aire de thriller político, El gran salto se centra más en explorar las motivaciones e intimidades de sus tres actores, especialmente Moose, vieja gloria del salto de trampolín (el título original es High Dive). Lee sitúa al lector sin problemas y sin alarde de detalles de época: prefiere concentrar su capacidad de observación en sus personajes, complejos, logrados, reales.