Pedro Feijoo: «Utilizo todos mis recursos para poder recuperar la memoria colectiva de Vigo»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

CULTURA

cedida

El autor regresa con «Os fillos do lume», una obra que sitúa en torno a la reconquista de la ciudad a los franceses

25 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

César Escudeiro, alcalde socialista de la ciudad de Vigo involucrado en una trama de corrupción, es asesinado en plena Porta do Sol de la urbe olívica durante la representación de la Festa da Reconquista. Es el punto de inicio de la nueva novela de Pedro Feijoo, Os fillos do lume (Xerais).

-¿Por qué retorna a Simeón y Mariña, personajes de «Os fillos do mar»?

-Hay algunas personas que interpretan este retorno como si tuviese la intención de crear una serie. No va por ahí. Me dieron una voz para contar una historia que, ya que me iba a meter nuevamente en la historia de Vigo, me venía muy bien, pero no tengo la premeditación de crear una saga. Son una herramienta de trabajo.

-¿Cuál es el punto de partida de esta novela?

-Siempre juego a lo mismo, pretendo hacer que parezca que solo escribo best seller, pero lo que estoy intentando es utilizar esos recursos para poder recuperar a mi manera una parte de nuestra memoria colectiva. Busco la manera en la que yo puedo contribuir a recuperar nuestra historia y mostrársela a quienes no están familiarizados con ella.

-Además del protagonismo de Simeón y Mariña, establece otra narración a modo de conversación. ¿Qué pretendía?

-Me gusta echar mano de las distintas voces que me ofrece el cambio de personajes. No me gusta nada que todo el mundo hable igual y se comporte de la misma manera. La voz de Velasco Espinosa tiene ese punto tan agresivo porque va a relatar el momento más violento, pero desde un plano completamente diferente. La gente se queda solo con Simeón y Mariña, pero en la novela hay muchísimo más.

-¿Eso lo lleva también a la división en capítulos?

-Son efectivamente cinco partes y cada una de ellas se corresponde con una voz diferente. En la cuarta parte aparece un Hugo Sanjuán, que es algo en esa misma línea, más amable y más pícaro, pero ofrece un plano completamente distinto.

-¿Mantiene el humor de «Morena, peligrosa y romántica»?

-Ese humor es el mismo que yo utilizo en mi día a día. Soy un tipo tímido y, en ocasiones, el humor me sirve de mecanismo de defensa o como vía para soltar ciertas cosas casi sin decirlas. Donde es distinto es en Morena, peligrosa y romántica, porque quería exagerarlo todo muchísimo, que es lo que dicen que es la comedia. Aquí tiene el mismo sentido que en las dos primeras novelas.

-Plantea unos acontecimientos que no aparecen reflejados en los libros de historia. ¿Qué intención tiene?

-Tenemos una versión casi mitológica de la historia de Vigo, que se repite una y otra vez a costa de sacrificar la verdad que hay alrededor. Por ello, intento poner en valor esa otra historiografía de la ciudad que estamos perdiendo. Pedro Díaz o Amador Montenegro son historiadores determinantes para escribir la verdadera historia de la ciudad, pero al ser sus libros autoediciones o ediciones pequeñas, se está perdiendo la verdad.

-En esta ocasión ha jugado con la introducción de algunos personajes reales.

-Hay un montón, algunos salen con su oficio, como el periodista Jacobo Buceta, pero también le hago un guiño a Domingo Villar, que siempre se portó muy bien conmigo y por eso aparece Leo Caldas. Está Siro, el gerente de Xerais, o el músico Pepe Bordallo. Siempre pido permiso y siempre me dicen que estoy tolo, pero después dicen que sí.

-¿Ya tiene asumido que se levanta por las mañanas con el trabajo de escribir?

-Sí, pero ahora es la primera vez en todos estos años que no estoy escribiendo la siguiente novela. Tengo las anotaciones hechas, sé cómo va a ser la historia, pero todavía no he conseguido meterme en ella. Es a lo que me dedico. Es una suerte, pero tampoco es que viva para echar cohetes, hay que tomárselo en serio y tomárselo en serio.