«Tras el repaso a mi obra tengo la sensación de ser más interesante»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

CULTURA

XOAN CARLOS GIL

El Museo de Arte Contemporánea de Vigo firma la primera revisión de la obra del artista ourensano

28 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco) inaugura hoy la exposición Ánxel Huete. Unha revisión crítica. Puede parecer raro a estas alturas, pero es la primera presentación que hace un museo de la trayectoria de este artista (septuagenario, aunque no lo parezca) que nunca ha dejado de trabajar y nunca ha abandonado la mirada crítica en todo lo que hace y ve que se hace. Ánxel Huete (Ourense, 1944) está vinculado a Vigo desde hace décadas, aunque ahora reside al otro lado de la ría, en Vilaboa.

-¿Qué supone para usted esta revisión de su propia obra?

-Tengo múltiples perspectivas al respecto y debo exponer también que estoy muy satisfecho y agradecido por haberme encontrado con este ensayo investigativo que hace el museo a través de mi persona. La muestra se ha preparado con más de dos años de antelación y siendo como yo soy, analítico y discutidor de las políticas culturales, me parece muy pertinente. No se trata de colgar cuadros, porque eso para mí no tiene interés, sino de hacer una investigación del proceso productivo a lo largo de 50 años de trayectoria. Con esta seriedad se lo tomó la comisaria, Agar Ledo, y el director del Marco, Iñaki Martínez, que inició el proceso que al final hizo ella sola. Ha sido una labor muy seria y creo que es la línea que deben mantener estos centros. No me canso de decir que los museos deberían cambiar de denominación por la de institutos para la investigación del arte contemporáneo. Y primar esta función, que, aunque no es comparable con la ciencia en rigor, sí es importante con respecto al desarrollo del arte visual.

-¿Cómo sale parado usted de este «examen»?

-La figura de un comisario en el que confiar es imprescindible, porque produce una mirada divergente con la del propio artista. En este proceso he salido beneficiado porque tengo la sensación de ser más interesante y con más matices de lo que pensaba. El museo hace una lectura de mi labor creativa a lo largo de estos 50 años, cargada de fondo sociológico, teórico y político. En resumen, estoy muy contento y espero que la exposición tenga también la capacidad de comunicar en la misma proporción al esfuerzo que costó.

-¿Podría decir que ha descubierto aspectos de su obra que no apreciaba hasta ahora?

-Sí. Uno, a lo largo del tiempo, va generando un cliché sobre sí mismo que tiene una vocación reductiva. Te sintetiza exageradamente y hace que se pierda cosmovisión de uno mismo. Este trabajo ayuda a recuperar un análisis minucioso de mí mismo, y sí que me gusto. Me gratifica.

-¿Con qué etapa se queda?

-En su momento todas fueron importantes, pero con el paso del tiempo te das cuenta de que hubo etapas malas. Me interesa mucho una serie de 1975 que se llama Recortes del espacio. Y también la época pop de jovencito, entre Londres y Barcelona. Rescato momentos buenos como la serie Fellini y otras como Ocultaciones y Estructura de la memoria, más solemnes y espirituales. La revisión abarca hasta el 2012.

-La exposición llega al Marco en un momento en que no se sabe qué va a pasar, tras la renuncia a continuar de su director.

-La democracia debe atender también a las minorías. No solo a las mayorías. Sobre todo cuando hay aspectos íntimamente ligados al desarrollo cultural y sociológico de un pueblo. Por lo tanto es imprescindible que haya un instituto como el Marco y dirigido por personas con capacidad y competencia para afrontar retos. Entiendo también que se hagan cosas como los dinosetos [arbusto modelado con forma de saurio e instalado por el Concello de Vigo]. A mí no me interesan nada, pero lo entiendo. Hay capas ciudadanas y culturales diversas. Pero hacer una cosa no debe evitar hacer otra. El alcalde es una persona inteligente y seguro que hará un análisis justo. Y seguro que hay una solución. Todo lo que no es local puede que sea impostura. Todo debe de empezar siendo local para ser universal y hay que ser muy respetuoso con el arte que se produce en cada lugar.