Miguel Carlos Vidal: «Siempre estoy lleno de dudas»

Ramón Loureiro Calvo
RAMÓN LOUREIRO FERROL / LA VOZ

CULTURA

JOSE PARDO

El tercer poemario de Miguel Carlos Vidal, a sus 87 años, llegará a las librerías la próxima semana

20 abr 2019 . Actualizado a las 15:01 h.

Tiene 87 años, Miguel Carlos Vidal, uno de los grandes poetas gallegos en lengua castellana. Y es ahora, conociendo ya mejor que nadie el verdadero rostro de la condición humana, cuando va a publicar por fin su tercer poemario, que llegará a las librerías de todo el país la semana próxima de la mano de Follas Novas, la editorial compostelana que dirige el profesor Luis Alonso Girgado.

«Siempre estoy lleno de dudas», dice el escritor ferrolano -extraordinario conversador, maestro de la ironía y hombre al que nadie ha oído alzar la voz nunca- para explicar por qué, a lo largo de su vida, ha publicado tan poco. Su primer poemario, Orvallo, vio la luz en el año 1953; el segundo, Ayer en que te dices, se publicó en el 2002. Y ahora aparece este libro nuevo, titulado El cuarto, la tarde, las rosas... (y otros símbolos)

A propósito de lo sagrado

«El tiempo de los demás es sagrado», apunta el poeta para subrayar su convencimiento de que uno solo debe publicar lo verdaderamente necesario. Y añade que la poesía, si en verdad merece su nombre, ha de ser hija, ante todo, de la máxima «exigencia» y de un constante proceso de «depuración»: de la irrenunciable búsqueda de lo esencial. Este nuevo libro, el que ahora sale a la luz, gira en torno a la pregunta de «si uno existe o no», comenta Vidal sonriendo. Pero tampoco pierde de vista -añade- el imparable tránsito de los días. «Sea lo que sea el tiempo -comenta, además, el escritor-, en este libro juego con él».

Cofundador de la legendaria revista Aturuxo, que a mediados del pasado siglo iluminó, desde Ferrol, el universo literario de todo el país -un verdadero milagro de papel y de tinta en cuyo nacimiento jugaron un papel fundamental también otros poetas como Miguel González Garcés, Mario Couceiro y Tomás Barros, además de Isaac Díaz Pardo-, Miguel Carlos Vidal ejerció profesionalmente el Derecho, al frente de un conocido despacho de abogados, pero habitó siempre la pasión por la literatura. Y muy especialmente ese inquebrantable amor suyo por la poesía: por esa poesía que, como suele afirmar su amiga Luz Pozo Garza, nos acerca, de alguna manera que jamás acabamos de comprender, al inmenso misterio que nos rodea. 

Gran amigo de Cunqueiro

Íntimo amigo de Cunqueiro, de cuya verdadera vida, plagada de dificultades, sabe tanto («¡Coidádeme a Vidal, coidádeme a Vidal...!», solía decir don Álvaro), Miguel Carlos Vidal es dueño de uno de los más valiosos epistolarios de la poesía española del siglo XX. Pero siempre ha vivido lejos del llamado mundo literario. «No creo en eso», confiesa.

Hijo de un tiempo que ya no existe... y modernísimo poeta

Podría parecer una paradoja, esto de ser muy moderno viniendo de un tiempo que no regresará nunca... Pero Miguel Carlos Vidal es un poeta de una modernidad absoluta, cuyos versos dialogan sin pausa con este siglo nuevo, y a la vez es un creador cuya relación con la literatura poco o nada tiene que ver con este tiempo de hierro que nos ha tocado vivir. Hombre de tertulia y de biblioteca, infatigable lector, no le preocupa lo que las cosas parecen, sino lo que son. Él viaja siempre a la raíz, hacia la esencia.