El Museo del Diseño londinense busca repetir el efecto de la Tate Modern

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

CULTURA

STEFAN WERMUTH

Abre sus nuevas instalaciones tras una reforma de 83 millones de libras

05 dic 2016 . Actualizado a las 08:01 h.

El amor de Londres por el diseño viene de largo. De hecho, en 1989 se convirtió en la primera ciudad del mundo en tener un museo dedicado por entero a esta disciplina poniéndole énfasis a todas sus variantes. Esa sede en la orilla sur del Támesis se quedó pequeña a los pocos años de su inauguración, pero a partir de ahora por fin tendrá el espacio que se merece en la capital británica, donde los museos siguen siendo de entrada gratuita.

Esos inicios e idea rompedora venían de Terence Conran, el propietario de las tiendas de diseño Habitat, que llegó a tener más de mil referencias de muebles y de sofás para ofrecer un interior contemporáneo. El propósito de Conran a finales de la década de los ochenta no era otro que educar al público sobre lo que era el «buen diseño» y las cosas a las que podría aspirar a poseer.

Ahora, a sus 83 años, se emocionó en la presentación del edificio, bautizándolo como «la nueva y magnífica catedral del diseño». Reconociendo que llega en el mejor momento de su carrera, espera que a través de él se cumplan todos sus sueños y ambiciones, que no son otros que «crear un espacio de clase mundial, verdaderamente internacional, con el tamaño y el alcance que se merecen el diseño y la arquitectura en este país».

Casi tres décadas más tarde, la nueva sede se sitúa en un edificio que anteriormente albergaba la sede del Instituto de la Commonwealth y se convierte en abanderado del diseño mundial, sin olvidarse de otras artes como la arquitectura, la moda y el diseño gráfico. El proyecto ha costado 83 millones de libras y a cargo de la adaptación arquitectónica se encuentra John Pawson, quien transformó un edificio de los años 60 multiplicando por tres el espacio que tenía hasta ahora. 

Campamento de refugiados

La primera exposición temporal del museo lleva por título El miedo y el amor. Reacciones ante un mundo complejo, y cuenta con once instalaciones de diseñadores internacionales como la japonesa Kenia Hara, la estadounidense-iraní Neri Oxman y el turcochipriota Hussein Chalayan.

gravity road

En uno de ellos se presenta uno de los campamentos de refugiados en la isla griega de Lesbos, un diseño que recibió el premio Beazley al Diseño del Año. Muestra cómo la industria del diseño puede utilizar sus habilidades y conocimientos para resolver un problema real y urgente: el de darle refugio temporal a personas desplazadas.

También cuenta con una reproducción a tamaño natural de una señal de tráfico de la autopista M1 británica diseñada por Jock Kinneir y Margaret Calvert. Se trata de uno de los proyectos de diseño de información más ambiciosos y eficaces jamás ejecutados en Reino Unido, englobado en el sistema nacional de señalización de carreteras y autopistas, y que reemplaza al sistema local previo.

También hay obras como respuesta a la victoria del Brexit en el referendo de junio. Así, OMA, la firma de arquitectura fundada por Rem Koolhaas, presenta la sala de estar paneuropea. Amueblada con objetos de diseño de cada uno de los 28 estados miembros de la UE, la instalación propone la cooperación ideal a través del comercio europeo.

En pleno barrio de Kensington, en el oeste de la ciudad, tiene como vecinos ni más ni menos que al célebre Museo de la Ciencia y el espectacular Victoria & Albert. Pero lejos de verse abrumados por las comparaciones, desde el nuevo Museo del Diseño se fijan como objetivo atraer a más de 500.000 visitantes al año. «Tenemos que hacer algo similar a lo que consiguió la Tate Modern con el arte contemporáneo pero con el diseño en este país», explicó el director del museo, Deyan Sudjic.