El Prado reunirá por primera vez diez esculturas originales del Mestre Mateo

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

SANDRA ALONSO

Es la primera exposición que se realiza sobre el escultor fuera de Galicia

06 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva desde la Edad Media arrodillado detrás de la que se considera la obra cumbre del románico, el pórtico de la Gloria, que esculpió con sus propias manos. Allí, durante siglos, ha contemplado el ir y venir de peregrinos y se ha esforzado en dar a los estudiantes la memoria necesaria para superar los exámenes. Pero el Mestre Mateo, convertido en santo dos croques por la tradición popular, sigue siendo un personaje misterioso. Incluso desconocido, especialmente fuera de Galicia. Ahora, la Real Academia Galega de Belas Artes y la Fundación Catedral se han propuesto dar a conocer internacionalmente la figura del maestro de maestros, el adelantado a su tiempo que ha regalado a la humanidad la sonrisa de Daniel. Y lo harán a través de una gran exposición en el corazón del museo más importante de España y una de las mayores pinacotecas del mundo: el Prado, que se ha embarcado en un proyecto que sus organizadores ya han calificado de «fito histórico».

Entre los próximos 29 de noviembre y 26 de febrero, podrán contemplarse -por primera vez desde que dejaron de formar parte de la fachada de la catedral románica proyectada por Mateo- diez esculturas. Comisariada por Ramón Yzquierdo Peiró, la muestra hace un recorrido por la obra del escultor desde su aparición en el año 1168 para encargarse de las obras de conclusión de la catedral de Santiago hasta 1211, fecha en la que fue consagrada la basílica. Un paseo por los pilares de la tierra gallega que se recorre a través de seis esculturas cedidas por el Museo de la Catedral, otras dos que aporta el Museo de Pontevedra y dos más que han sido cedidas por colecciones particulares -en concreto, son propiedad de la familia Franco- para la primera muestra centrada en el Mestre Mateo que se realiza fuera de Galicia. Y una última parada en el camino: un pergamino de la concesión de una pensión vitalicia al maestro por parte del rey Fernando II.

«El museo del Prado servirá de pórtico de la Gloria para el Mestre Mateo». La frase del director de la gran pinacoteca pública, Miguel Zugaza, viene a refrendar lo que apuntaron el resto de autoridades que ayer se dieron cita en la catedral: que la exposición sirve como gran escaparate del Mestre Mateo, de Santiago y de la peregrinación a Compostela.