Londres examina cómo Picasso redefinió el retrato en el siglo XX

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

CULTURA

DYLAN MARTINEZ | Reuters

La National Portrait Gallery exhibe 75 de sus mejores trabajos en este género

06 oct 2016 . Actualizado a las 07:41 h.

Un gran autorretrato de Pablo Picasso a los 25 años de edad, con su figura robusta y atlética, da la bienvenida a su exposición en la National Portrait Gallery de Londres. Los ojos del artista están fijos y le falta el pincel en su mano derecha, pero lejos de frenar al visitante, lo preparan para el que es el primer repaso en las últimas dos décadas a sus retratos.

Londres toma así el testigo del Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Grand Palais de París en 1996, con obras que representan todas las fases de la carrera del artista malagueño. Lo hace en colaboración con el museo Picasso de Barcelona, en una muestra que lleva por título Picasso. Retratos y que estará abierta al público hasta el 6 de febrero, teniendo todas las papeletas para batir récords de asistencia.

Son 75 retratos en los que Picasso personifica la asombrosa e innovadora variedad de su arte. Interpreta a miembros de su familia, pero también a amigos y amantes. Lo que queda claro es el cambio de estilo según su estado de ánimo y la reacción de la persona que tiene enfrente. Así, Elizabeth Cowling, comisaria de la exposición, reconoce que tuvieron que dejar fuera algunas obras, como sus voluptuosos desnudos, porque pensaban que se sumergirían en otra tradición del artista, fuera de la del retrato. «Nos centramos en la reinvención del artista en su larga vocación por el retrato, y su genialidad por la caricatura. La exposición reúne importantes préstamos de colecciones públicas y privadas que demuestran la amplitud de la obra de Picasso y la extraordinaria variedad de estilos que empleó», anotó Nicholas Cullinan, director de la National Portrait Gallery.

Hay hueco para sus primeros años decadentes en París, con un retrato del escritor Gustave Coquiot la mar de sonriente, o para la época azul, con un retrato de su amigo el artista Sebastià Junyer i Vidal. Frente a frente están sus amantes, Marie-Thérèse Walter y Dora Maar, donde no falta la admiración y la sensualidad. El museo también le dedica una sala a su primera mujer, Olga, quien era una bailarina de ballet cuando se conocieron y cuyo retrato en tonos anaranjados y verdosos habla por sí solo. 

Diana y Maya

Al pase de prensa acudió la nieta de la artista, Diana Widmaier Picasso, que posó junto a un retrato de su madre en 1938 titulado Maya con traje de marinero que llega cedido por el MoMA neoyorquino. Y otro muy especial, el Autorretrato con paleta a Paul Cézanne, que Picasso, con apenas 25 años, le hizo unos días antes de su muerte.

Hay obras maestras de lo más conocidas, como es el caso del retrato cubista del comerciante de arte alemán Daniel-Henry Kahnweiler, de 1910 y cedido por el Instituto de Arte de Chicago. Pero también otras piezas que nunca han sido expuestas en suelo británico, como varias caricaturas llegadas de su etapa en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, de 1896.

Así, el director del Museo Picasso en Barcelona, Bernardo Laniado-Romero, apunta a cómo el genial artista redefinió el retrato durante todo el siglo XX. Considera que la exposición va a sorprender, pues cuestiona las ideas preconcebidas sobre cómo debe ser un retrato y cómo tiene que ser mirado. Precisamente, la exposición viajará al museo barcelonés en marzo (y permanecerá abierta hasta junio del 2017).