Inma Chacón novela el drama de la inmigración y rinde homenaje a las «viudas de vivos» de la Galicia rural

M. L. MADRID / COLPISA

CULTURA

Javier Lopez | EFE

«Tierra sin hombres» es un caleidoscopio de soledades y desarraigos a caballo entre los siglos XIX y XX

15 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es un doble homenaje: a las mujeres que se quedaron, a aquellas viudas de vivos de las que habla Rosalía de Castro, y a los hombres que se marcharon para ofrecerles un futuro mejor». Así se refiere Inma Chacón (Zafra, Badajoz, 1954) a su sexta novela. Tierra sin hombres (Planeta) es un caleidoscopio de soledades y desarraigos. Un retrato de la Galicia rural, a caballo entre los siglos XIX y XX, cargado de «magia, supersticiones, rumores, mentiras, adioses, amor, celos y algunas certezas», señala su autora.

Gemela de Dulce Chacón, escritora de enorme talento cuya vida truncó el cáncer demasiado pronto, Inma dio por casualidad con una historia familiar, la de una de aquellas viudas de vivos en la que se encarna la tragedia de la inmigración y toda sus calamidades. Una situación «que por desgracia es algo totalmente actual -recuerda-. Hace un siglo aquellos hombres se marchaban para buscar el beneficio de sus familias; hoy se van los jóvenes más y mejor preparados y sin esperanza de regreso [...] Su ausencia nos empobrece a todos», lamenta la escritora.

Explora Chacón el desarraigo de los que se van, «pero también el dolor de quienes se quedan. Quedarse es a menudo más difícil que irse, no hay un dolor único», asegura la escritora finalista del premio Planeta en el 2011 con Tiempo de arena. Chacón halló en su corazón muchos los sentimientos que asaltan a sus protagonistas. Asegura que los experimentó en carne propia cuando su familia dejó su Extremadura natal en los 70 para trasladarse a Madrid. «El deseo de volver a mi tierra no me he abandonado nunca», asegura. Habla Chacón de la niebla y la lluvia, de las densas fragas y los agrestes acantilados y, sobre todo, del mar, «sustento pero también un muro infranqueable que separa a las mujeres de sus maridos que lo cruzaron».