Viñetas desvela su cara más social

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

EDUARDO PEREZ

Los autores Ramón Marcos, Nadar y Cristina Bueno -estos últimos, con sus obras sobre el paro y los desahucios- participan en el salón del cómic de A Coruña

10 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Se dan cita en esta edición de Viñetas desde o Atlántico una serie de autores que han mostrado en su obra más reciente cierta inquietud sobre temas de índole social que, a priori, podrían parecer más propios de un periódico que de una historieta. ¿O quizá no? «Es inevitable que se refleje la realidad. Es lo que tienes alrededor, lo que te inquieta y te motiva. Y a mí particularmente me gusta que sea así», afirma Cristina Bueno, dibujante de Aquí vivió. Historia de un desahucio, novela gráfica con guion de Isaac Rosa cuyo título lo explica todo. Junto a esta creadora estuvo ayer Pep Domingo Nadar, autor de El mundo a tus pies, donde analiza la lacra del desempleo, y todo un clásico del cómic español como es el gallego Ramón Marcos.

Asegura el director del festival, Miguelanxo Prado -quien tiene todavía reciente la publicación de su última obra, Presas fáciles, un thriller con las víctimas de las preferentes como protagonistas-, que esta concentración de cómic social en esta edición de Viñetas no fue premeditada, sino que simplemente «é un reflexo do que se está facendo actualmente». ¿Está surgiendo un nuevo género de cómic social en España? «Quizás sea demasiado hablar de un género, pero sí que es cierto que el cómic es un medio que siempre ha tenido una perspectiva muy crítica con la actualidad. Lo vemos en las tiras cómicas de los diarios. Y debería haber más», asegura Cristina Bueno, que para realizar su último trabajo se sumergió an las asambleas de las plataformas contra los desahucios: «Asistimos a reuniones con gente que iba a ser desahuciada en la semana siguiente. Está basado en la realidad, pero no refleja ningún caso concreto. Es un compendio de todos los que conocimos. Es muy duro, pero yo salía de allí muy motivada. Ves la reacción de la gente, cómo se apoya, cómo están dispuestos a luchar, y eso inspira, anima».

En Aquí vivió, la ilustradora optó por un trazo suave, amable, dulce que contrasta con la crudeza de la historia que cuenta: «Fue algo premeditado, es lo que buscábamos. No queríamos algo duro, un dibujo realista, oscuro. Por eso buscamos este tipo de trazo más amable, que creo que permite entrar mejor en la historia, de un modo más fácil, y crear cierta empatía. Al final, aunque hable de desahucios, también trata sobre la lucha contra estos, así que resulta un libro luminoso. En ese sentido va también la elección del personaje principal, una adolescente que conserva la inocencia y la capacidad de indignarse que con el tiempo vamos perdiendo», explica la autora que resulta ser la única mujer invitada este año a Viñetas, a pesar de que en ediciones anteriores se había logrado un equilibrio casi imposible: «Es algo normal, las chicas vamos llegando poco a poco a este mundo; eso sí, haciendo cosas muy interesantes. Pero hay que reconocer que el cómic siempre fue un territorio mayoritariamente masculino, y cuesta cambiar las cosas. Aunque cambiarán, seguro, de forma natural».

Cristina Bueno quita hierro al asunto. Asegura que lo que le interesan son las obras, no el sexo del que las realiza: «Tampoco sé diferenciar muy bien entre cómic masculino o femenino. Hay cosas hechas por chicos que derrochan sensibilidad y cosas hechas por chicas que son muy duras y muy roqueras. Aquí no funcionan los estereotipos», sentencia antes de preguntar si el agua de Riazor es tan fría como dicen -«es que estábamos pensando en darnos un baño, pero me han metido miedo», bromea- y volcar sus halagos hacia el certamen Viñetas desde o Atlántico: «Desde Barcelona se ve como el salón de los autores, es un referente. Se nota que tiene detrás a alguien como Miguelanxo Prado».