A Quintana se llenó de danza y ritmos gallegos

sara p. seijo, i. c.

CULTURA

Xoán A. Soler

El Certame Folk ofreció dieciséis horas de música y diversas actividades lúdicas

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Poco Santiago se convirtió en una auténtica fiesta folk ayer. Acordeones, panderetas, tambores, conchas y bailes. Lo mejor de la música de raíz gallega inundó la praza da Quintana de la mano del Certame Folk, organizado por La Voz de Galicia en colaboración con el Concello de Santiago y la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic).

La muestra la abrió el veterano Xosé Lois Romero con Aliboria, una formación de jóvenes músicos que tratan de renovar la percusión tradicional de Galicia. Y así lo hicieron sobre el escenario monumental y ante un numeroso público con el que se mezclaban los peregrinos que hacían cola para entrar en la Catedral por la Puerta Santa. «Estamos no templo da música galega», dijo un Xosé Lois entusiasmado.

A esta formación la siguió Nova Galega de Danza, la agrupación dirigida por el coreógrafo Jaime Pablo Díaz. Un total de seis bailarines danzaron al son del folclore gallego. «Me recuerda a los bailes celtas», comentó una turista norteamericana que se encontraba entre el público. Sobre el escenario hipnotizaron a los allí presentes con sus sincronizados movimientos y los juegos de iluminación. La música no fue en directo, la traían de casa, pero eso no importó a los asistentes que disfrutaron.

Tras una pausa, a las 22 horas regresaron los conciertos a la praza da Quintana. La tercera sesión musical del Certame Folk. El acordeonista Andrés Penabad, en compañía de su banda, presentó su segundo trabajo, Bipolar, que a diferencia del primero está pensado más para el directo.

La clausura del festival folk corrió a cargo de Riobó. La formación que lidera la violinista que le da nombre, animó a un público que poco antes disfrutaba del espectáculo pirotécnico de los Fuegos del Apóstolo. Con el cuarto concierto, el Certame Folk ponía fin así a dieciséis horas ininterrumpidas de música, artesanía, juegos para toda la familia y diversas actividades lúdicas.

El certamen arrancó a las diez de la mañana con la feria de artesanía y diseño, que permaneció abierta hasta medianoche. Durante toda la mañana se respiró en la praza da Quintana un ambiente festivo y familiar de la mano de los más de treinta juegos de habilidades ubicados a lo largo del lugar. Padres e hijos probaron su ingenio con estos artilugios creados con cacerolas, ruedas, cadenas e, incluso, colchones. Pero también algún turista que hacía cola para entrar por la Puerta Santa se animó a entretenerse con ellos en la espera.

La mañana la cerró el Mago Xacobe con un espectáculo de ilusionismo y, tras la pausa para comer, Uxía Lambona e a Banda Molona inició la jornada musical con un concierto infantil del que disfrutaron los pequeños, pero también sus familiares.