El Sinsal de la isla de San Simón crece y se «portameriquiza»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino LA VOZ / VIGO

CULTURA

Oscar Vázquez

Los barcos vomitaron espectadores tras una plácida travesía desde el Puerto de Vigo y el muelle de Rande, en Redondela

24 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Portameriquización»: acción y efecto de acudir a festivales de verano en dosis elevadas y terminar con la sensación de que todo es lo mismo, sin saber si eres jipi, hipster, perroflauta, metalero o un jicho normal. Algo así le pudo ocurrir al chico que ayer tuvo que abandonar la isla de San Simón en la lancha de Ramón, el barquero que durante el festival Sinsal se hace tres millones de veces el tramo entre el puerto de Cesantes y el embarcadero del Muelle do Rastrillo. Pero no, el chaval solo estaba mareado, y apenado por no poder quedarse a disfrutar del día a más de 30 grados, como hizo el viernes, pero con la música del dúo de roqueras lisboetas Pega Monstro, el canario Pablo Díaz-Reixa con su electrónica, el trío Rangda, los normandos We Are Match y su electro pop y el pop folk de Marc Jonson.

Ayer, los barcos vomitaron espectadores tras una plácida travesía desde el Puerto de Vigo y el muelle de Rande, en Redondela. A mediodía, la pequeña isla cargada de historia bullía de actividad. Los que llegan por primera vez aprovechan para recorrerla y descubrir sus rincones. En la excursión te puedes encontrar sorpresas, como los conciertos escondidos que la organización regala al sinsalero, y encontrarte a Nico Pastoriza tocando con Amaro Ferreiro y su hermano Iván entre el público. O ver en la fila para pedir cerveza a célebres experiodistas de provincias como Manuel Jabois. O hacer cola para comprar nemos, fichas para pagar bebida y comida (otra portameriquización, al estilo de los amaros del Festival PortAmérica). O sentarte a sentir la música de Extraperlo o la genial afrobritánica Eska.