Ernesto Mallo: «La literatura es el mejor salvavidas que he podido lograr»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

CESAR QUIAN

El escritor argentino trabaja en una nueva historia, en la que el detective Lascano viajará a España

27 may 2016 . Actualizado a las 10:34 h.

Trabajaba en un semanario cultural que cerró. Con la crisis, la cultura es lo primero que sufre, comenta el periodista y escritor argentino Ernesto Mallo (La Plata, 1948). De todos modos, cita a Churchill cuando le dijeron, en plena guerra, que iban a recortar el dinero para cultura: «Entonces, ¿para qué hacemos la guerra?». Mallo participó ayer en A Coruña en el ciclo Libros en directo, conversando con Pedro Ramos sobre su obra literaria, en la que el detective Ismael Lascano ocupa un lugar muy destacado. En su última novela, La conspiración de los mediocres (Siruela), Lascano da sus primeros pasos como investigador en medio de la Triple A argentina.

-Son crímenes muy duros...

-Fue el aperitivo de lo que luego sería el terrorismo de Estado a gran escala. La Triple A mató a 3.000 personas, pero luego vinieron los militares y mataron a 30.000. La metodología la inventó la Triple A. Me baso en mi propia experiencia. En esa época yo ya estaba combatiendo contra la dictadura, estaba muy informado de lo que estaba sucediendo, quiénes eran los que actuaban.

-En la novela hay una calle Galicia. ¿Existe en Buenos Aires?

-Sí, la calle Galicia está en el barrio de Flores.

-¿Usted tiene alguna vinculación con Galicia?

-Mi abuela paterna era de A Coruña. Se fue con 15 años, emigró a Argentina y mi abuelo tuvo la mala idea, o la buena, porque si no yo no existiría, de dejarla embarazada y el padre lo obligó a casarse. Era una mujer muy fuerte, muy dura, muy hecha a las inclemencias de la vida... y una cocinera extraordinaria.

-¿«La conspiración de los mediocres» es el comienzo del comisario Lascano?

-No del todo. Voy un poco para atrás en su historia. Aquí está en los momentos previos, cuando todavía no había ascendido a comisario.

-Es un personaje poliédrico...

-Me interesan, y pienso que a los lectores también, estos personajes con muchos aspectos: es policía, pero por otro lado está en contra de su entorno, de cómo se están gestionando las cosas. Es un hombre con principios que tiene que manejarse en un entorno muy hostil.

-Ese inicio, «Cuando sonó el teléfono, Rolf Böll supo que hoy vendrían a matarlo...», recuerda un poco a «Crónica de una muerte anunciada».

-Es posible, no lo había pensado. Crónica... es la mejor, o debe estar cerca de ser la mejor de las novelas de García Márquez.

-¿Qué autores le han influido?

-No lo sé. La lectura que más me interesa son los clásicos, y puede haber una influencia tamizada.

-Ha comentado que la literatura le ha salvado, ¿por qué?

-Suelo decir que es el mejor salvavidas que he podido conseguir. El arte es terapéutico, le permite a las personas expresar sus penas, sus emociones, sus angustias. Siempre tiene un efecto terapéutico en este mundo complicado, sórdido, cruel...

-¿Se ve reflejado en Lascano?

-Lascano representa mi idea de justicia, de ley, de orden, y también la idea romántica de que es posible cambiar el mundo. Solo la política puede cambiar el mundo, y no parecen estar interesados.

-¿Le queda cuerda a Lascano?

-A Lascano en la primera lo mato, en la tercera lo jubilo. Y ahora estoy con una historia suya en España.