Mia Wasikowska viaja en el tiempo en «Alicia a través del espejo»

EFE

CULTURA

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La nueva producción de Tim Burton, que esta vez no dirige, vuelve a contar con Johnny Depp, Anne Hathaway y Helena Bonham Carter

13 may 2016 . Actualizado a las 18:48 h.

 La actriz australiana Mia Wasikowska da vida a una Alicia «independiente» y «cien por cien feminista» que viaja en el tiempo y es dueña de su destino en Alicia a través del espejo, la nueva película sobre el célebre personaje de Lewis Carroll, que se estrena el próximo 27 de mayo en España.

«Lo bueno de esta Alicia es que, a pesar de que las expectativas que los demás tienen en ella son muy bajas, como que se case, tenga hijos o sea administrativa, ella sabe aferrarse a la idea de que merece mucho más que eso», ha señalado este jueves la actriz durante la presentación del filme en Madrid.

La ha acompañado el director, James Bobin, que se ha mantenido fiel al espíritu fantástico y a la vez moderno de Tim Burton en la película original, Alicia en el País de las Maravillas (2010), un éxito de taquilla en todo el mundo que superó los mil millones de dólares de recaudación.

La guionista es la misma, Linda Woolverton, y Burton permanece en el equipo como productor en esta secuela que retoma el reparto original. Junto a Wasikowska están de nuevo Johnny Depp como Sombrerero Loco, Anne Hathaway como la Reina Blanca y Helena Bonham Carter como la iracunda Reina Roja.

Alicia a través del espejo arranca mostrando a su protagonista en el «mundo real» convertida en capitán de barco que ha pasado los últimos años siguiendo los pasos de su padre y navegando en alta mar.

A su regreso a Londres, y en medio de una gran presión para que se retire a una mesa de oficinista, Alicia descubre un espejo mágico que la devuelve al reino fantástico del Submundo, donde se embarca en un frenético y peligroso viaje en el tiempo para salvar a su gran amigo el Sombrerero, que ha perdido su «muchosidad».

«Me encantó el libro, lo leí de niño y sabía que la narrativa no era precisamente la mayor preocupación de Lewis Carroll», señala Bobin.

«Más bien se trataba de crear imágenes y explorar el lenguaje, de modo que hemos tomado esos elementos que conforman el espíritu de la obra de Carroll y a partir de ahí hemos creado una historia y unos personajes contemporáneos», añade.

Incorporación de Sacha Baron Cohen

Una de las grandes novedades es la incorporación en el reparto de Sacha Baron Cohen que interpreta a un humanizado, en principio siniestro pero en el fondo divertido y amable señor Tiempo.

Bobin recuerda que este personaje lo mencionó Carroll en la novela original, cuando el Sombrerero Loco dice que está atascado en la misma sesión de té desde que «discutió con Tiempo».

«Pensé que sería divertido traerlo a este mundo, porque al fin y al cabo es una película sobre viajes en el tiempo», explica. «Pensé en Baron Cohen porque es un intérprete fantástico y muy divertido, lo que también encajaba con el espíritu de Carroll, a quien le gustaba el humor y los juegos del lenguaje».

Pese a tratarse de un cuento infantil, Bobin evita retratar a sus personajes como buenos y malos, de modo que la Reina Blanca demostrará no ser tan perfecta como parece mientras que la endiablada Reina Roja desvela su corazoncito.

«La naturaleza del bien y el mal nunca es tan simple como parece. Son conceptos que merece la pena explorar y explicar cómo y porqué ocurrieron las cosas que determinaron el carácter de los personajes», opina el director.

En el caso de Alicia, Wasikowska alaba su fuerza y su independencia, pero tampoco ella es una heroína al uso.

«Empieza la película sientiéndose muy poderosa y con un fuerte sentido de sí misma, pero tiene una lección que llevarse y es que que no se puede cambiar el pasado, sino que hay que aprender de él para no perderte el presente», asegura la que fue protagonista de La cumbre escarlata o Jane Eyre.

Para Wasikowska, y pese a su pasado de bailarina, el mayor reto del rodaje fue el físico. «Me pasé cinco meses corriendo y con una sensación de agotamiento», confiesa, encaramada a unos vertiginosos tacones negros.