Ya le gustaría a Rajoy tener en estos momentos el favor del público, pero esa ha sido la única compensación de otro Mariano muy popular. Mariano Ozores recibió el fin de semana el Goya de honor y fue ovacionado por una trayectoria única. Tan única que, como él ha reconocido en muchas entrevistas, sufrió amargamente el desprecio de la crítica y de algunos compañeros de profesión que lo miraban como un bicho raro. Raro desde luego es haber conseguido tener más 70 millones de espectadores en más de cien películas, de cuyo título la mayoría no podrán olvidarse ni queriéndolo: La Lola nos lleva al huerto, Operación Mata Hari o Los Bingueros. Ozores lo resumió muy bien encima del escenario el sábado, cuando uno a uno fue recitando a los actores a los que dirigió para agradecerles su éxito: Alfredo Landa, Gracita Morales, Lina Morgan, José Sacristán, Concha Velasco, Pajares, Esteso... Porque si algún mérito tiene Ozores, además de haberse garantizado el aplauso general, es haber creado su propio star system. Y eso siempre es arriesgado. Tal vez por este motivo a los 90 años la Academia haya considerado que era un momento adecuado para premiarlo con honor, el mismo que llevaría con orgullo Santiago Segura y toda su recua si sonara la flauta de un premio grande. ¿Se imaginan un Goya al mejor director para él hoy? Hay razones del público que la crítica aún no entiende.