Michael Fassbender: «Steve Jobs creyó que podía cambiar el universo y al final lo consiguió»

maría estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

CULTURA

NEIL HALL | Reuters

El actor alemán interpreta en el cine al fundador de Apple, un papel por el que ya suena para ganar el Oscar

05 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Michael Fassbender (Heidelberg, Alemania, 1977) solo recibe elogios de los directores con los que trabaja. «Nunca antes había dirigido a alguien que hiciera el recorrido que realizó Michael con semejante capacidad de entrega», asegura Danny Boyle, quien ha dirigido al actor en Steve Jobs. Una interpretación que en los mentideros hollywoodienses ya le sitúan en la carrera por el Oscar. Sería su segunda candidatura, tras Doce años de esclavitud. Su interpretación de Bobby Sands en Hunger (2008) fue el comienzo y Steve Jobs, el último escalón hasta la fecha.

-¿Cómo entiende usted a Steve Jobs?

-Jobs cambió nuestras vidas. Él transformó por completo la forma en que funcionaba el mundo, la manera de comunicarnos e interactuar, de ver cine, escuchar música e incluso de hacer la compra. Alguien con esa influencia en nuestras vidas merece cierta atención.

-¿La película puede verse como un drama griego, como una obra de Shakespeare?

-Es un drama maquiavélico. Puede que algunas vertientes de la personalidad de Jobs fueran crueles. ¿Realmente era necesario tratar a la gente así? Puede que no. Pero la personalidad y los logros van unidos. En ciertas ocasiones hay que provocar y manipular. Como actor, sé que los realizadores emplean esas tácticas algunas veces. Si llevo muchas horas trabajando, pierdo la paciencia mucho más deprisa, y Steve trabajaba muchas horas sin descanso. Hicieron jornadas de veinte horas las tres o cuatro semanas anteriores al lanzamiento del Macintosh. Ya se sabe, en cualquier negocio, si uno está quieto demasiado tiempo, la competencia le deja atrás. Jobs era muy consciente de que debía avanzar constantemente. ¿Cuántos días de vacaciones se tomó en 40 años? No creo que muchos. Tenía una visión, y pasó cuatro décadas persiguiéndola; me parece toda una hazaña. Tuvo la capacidad de perseguir esa visión durante décadas. No todo el mundo resiste tanto sin ser pisoteado en el camino.

-¿Qué opinión tenía de Jobs antes de rodar la película?

-No tenía una idea formada sobre su persona. Sabía quién era, pero no soy un hombre a quien le interese la tecnología. De hecho, se me da bastante mal y todo lo que aparece en el filme, porque era nuevo para mí. Lo que más me impresionó fue tener la oportunidad de conocer a John Sculley, Joanna Hoffman y Andy Hertzfeld, y cómo Jobs cambió sus vidas. Él tuvo mucha influencia en sus vidas mientras estuvo vivo y luego también siguió influyendo en ellos tras su muerte. Es curioso que Jobs siga tan presente para ellos, y aunque su relación con él fue difícil, existe una permanente tristeza en ellos por todo el amor que le profesaban. Eso fue algo que se quedó conmigo. Obviamente la relación con John Sculley no terminó bien y aun así le respetan mucho.

-¿Cómo preparó el personaje?

-Estudié a Ashton Kutcher [ríe]. No, en serio, vi muchas imágenes sobre él antes de empezar el rodaje. Digamos que viví con él durante esos meses, investigando su trabajo, su vida, su personalidad. Luego, al terminar, decidí limpiarme y olvidarlo para preparar mi siguiente trabajo y quedar atrapado dentro de Jobs. Me sorprendió mucho el hombre, todo lo que ha logrado, lo que le ocurrió, cómo se enfermó y se enfrentó a ello. Como su distorsión de la realidad le arruinó al final, cuando fue diagnosticado. Pero, a pesar de todo, fue un hombre que creía que podía cambiar el universo y lo consiguió.