Real como la vida misma

Miguel Anxo Fernández

CULTURA

02 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi se hace raro que una película se centre en un tipo común (aunque complejo), enfrentado a las consecuencias de algo tan normal como una convalecencia hospitalaria, que finalmente puede cambiarle la vida o, simplemente, reubicar el lugar que ocupa entre la gente. Se hace raro porque además no hay violencia, no hay catring, no hay psicópata, no hay ruido, nadie vuela? Más raro todavía porque salen un montón de personajes cotidianos que practican un hábito bastante en desuso en el cine de ahora: hablan y además dicen cosas. Unos días para recordar es todo eso y algo más, que no implica la obligatoriedad de ser obra maestra ni de pasar a los anales de la historia. Tenemos la sensación de conocer a muchos Pierre Laurent (un caramelo para Gerard Lanvin) y llegamos a entender sus reacciones ante las cosas que le ocurren, que no son pocas, sobre todo entre las cuatro paredes de su habitación y una pierna destrozada a causa de un accidente. Como también identificamos a muchos de quienes le visitan y de quienes lo atienden. Y el resultado es una agradable comedia de las que te dejan bien el cuerpo y asumes que, vale, todavía hay buena gente por eses mundos

Algo habrá tenido que ver su director y coguionista Jean Becker, 82 tacos, hijo del gran Jacques Becker, y activo desde 1961, autor de una quincena de largometrajes, la mitad realizados en lo que va de siglo, quizá el más celebrado Conversaciones con mi jardinero (2007), con el que resume su estilo: prioridad a los diálogos y a los personajes comunes bien vestidos por sus actores. En cuanto a estilo, el grueso de la trama transcurre en el cuarto hospitalario y las situaciones beben directamente de la comedia norteamericana, aunque evitando los molestos tics de una sitcom televisiva, actualmente un virus difícil de erradicar de la nueva comedia. Quizá para no coquetear con el hastío recurre a varios flashbacks que ayudan a completar el retrato del protagonista, pero que, paradójicamente, interfieren más que aportan. El quiebro final, con el que acabamos sabiendo la estúpida causa del accidente, acaba siendo una concesión facilona a la sonrisa. Pero en absoluto perjudica a lo que es, una comedia amable, agradable y real como la vida misma.

Ficha técnica

Francia. 2014. Director: Jean Becker. Intérpretes: Gerard Lanvin, Fred Testot, Jean-Pierre Darroussin, Swann Arlaud, Daniel Guichard. Comedia. Duración: 81 minutos