El gran lienzo urbano de Carballo

Á. Palmou CARBALLO / LA VOZ

CULTURA

Cinco artistas de trayectoria internacional participan en el Rexenera Fest pintando en edificios grandes murales de hasta veinte metros de altura

04 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

San Francisco, Miami, Oslo, Aalborg, Perth, Rabat... y ahora Carballo. La capital de la comarca de Bergantiños se ha sumado a un selecto grupo de ciudades de todo el mundo que pueden presumir de haber abierto las paredes de sus calles a la creación convirtiendo sus muros en lienzos para artistas de prestigio internacional, como Aryz, Dulk, Pixel Pancho, Bordalo II y Nömada. Los cinco se afanan estos días en convertir otros tantos espacios en auténticas -y gigantescas- obras de arte.

El contenido social del mensaje, la calidad y la originalidad en la ejecución y su trayectoria anterior han sido los criterios empleados por los organizadores del Festival Internacional de Arte Pública Rexenera Fest -el Concello de Carballo y el colectivo Mutante Creativo- para seleccionar a los cinco invitados que desde el lunes manejan grúas, rodillos y brochas bajo las miradas de curiosidad, sorpresa y admiración de vecinos y curiosos.

La colorida naturaleza de apariencia infantil pero trasfondo crítico del valenciano Dulk y los rostros y siluetas llenos de fuerza del barcelonés Aryz fueron las primeras imágenes en comenzar a cobrar forma, pero rápidamente se les ha sumado un gigantesco retrato femenino del compostelano Nömada.

También el portugués Bordalo II ya está demostrando que ruedas usadas, parachoques dañados y otros desperdicios varios pueden tener una segunda juventud como elementos de un original colage, aunque sus planes no tuvieron un buen recibimiento en la ubicación pensada inicialmente y los organizadores han tenido que reubicarlo en otro muro.

El arte invita a pensar y no está por tanto exento de controversia, reconoce el turinés Pixel Pancho, que está decorando todo el lateral de un edificio -de unos 20 metros de altura- con una secuencia que muestra tres imágenes de un cerdo progresivamente mecanizado. La dependencia de la industrialización y de la tecnología son las obsesiones de este joven creador recién llegado de Marruecos y que sabe que su mensaje no siempre llega a la gente. Algún espectador que no ha profundizado tanto en el asunto no ha tardado en dictar veredicto -«¿Estanos chamando porcos a todos ou que?»- a pesar de que el trabajo proseguirá hasta el domingo.

«Solo es mi obra hasta el momento en que está completamente acabada y documentada. Después queda a expensas del tiempo o de la acción de otras personas», explica Aryz expresando la filosofía que mueve a estos creadores que han convertido Carballo en su casa por unos días. Sus obras se sumarán, además, a los 20 murales que ya pueblan la localidad gracias a una iniciativa anterior bautizada como Derrubando muros con pintura.