«Irrational Man», el mejor Woody Allen en veinte años

josé luis losa CANNES / E. LA VOZ

CULTURA

La película, presentada en Cannes, cierra un tríptico sobre el asesinato y la culpa -o su ausencia- junto a «Delitos y faltas» y «Match Point»

16 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Llueven como ranas de mayo las buenas noticias sobre la Croisette. En el concurso vimos una obra capital, Son of Saul, y la muy poderosa La langosta. Y Woody Allen desafía a tantos enterradores prematuros que le han venido saliendo, con su mejor película en el último cuarto de siglo. The Irrational Man es plenipotenciaria tragicomedia en la que se mezclan Crimen y castigo y Colombo. Y viene a cerrar un tríptico sobre el asesinato y la culpa -o su ausencia- junto a Delitos y faltas y Match Point, dos de sus cimas. Son cómplices en el efervescente ejercicio dos actores en estado de gracia, Joaquin Phoenix y Emma Stone. Un profesor de filosofía a lo Philip Roth y una estudiante arrobada, enredados entre la banalidad del mal y la ejecución del crimen perfecto. Había vivido estos últimos años Allen en un estado de pereza preocupante. Pero The Irrational Man anuncia una euforizante etapa crepuscular con la fuerza creativa como de un recién llegado con 80 años sobre las gafas.

Lo sucedido con la película húngara Son of Saul se eleva a acontecimiento. Un debutante, Laszlo Nemes, es capaz de articular aquello que Claude Lanzmann, el gran memorialista del horror de los lager nazis, sostuvo que nunca podría expresarse en imágenes: el proceso de aniquilamiento, el mal en estado puro, narrado en una literatura sobre los campos del fuste de Imre Kertész, Primo Levi o Jorge Semprún. Que un primerizo posea la capacidad de transferir fílmicamente esa atmósfera del caos frente a la inconcebible jerarquía de la aniquilación es un hallazgo ya no solo artístico, sino una fuente de resguardo de la memoria del siglo XX. Se respiraba ese carácter de relevancia extrema mientras la pantalla expelía el humo de los crematorios, las cenizas y las fosas, los planos medios de los cadáveres como en un retablo tenebrista flamenco, las garras humanas aferradas a la supervivencia en medio del tornado de espantos y de las capas de la cebolla del horror que conforman los Sonderkommandos, los kapos, la estructura dantesca de este filme tan necesario como la escritura y el recuerdo de su veracidad.