Retrato de la infancia en la Libia de Gadafi y la Siria de Al Asad

HÉCTOR J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Llega hoy a las librerías el cómic autobiográfico con que Sattouf, que dibujó en «Charlie Hebdo», ganó el gran premio de Angulema

05 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Extranjero en todas partes, el dibujante Riad Sattouf (París, 1978) nunca se sintió francés, ni siquiera un árabe en Francia, tampoco le dejaron de niño creerse en casa cuando vivió en Siria, en el pueblo de su padre, cerca de Homs. Allí su pelo rubio y su madre francesa hacían que los otros niños lo viesen como un amigo de los EE.UU., un aliado de Israel y hasta un judío despreciable. Esta condición, esta falta de raíces, le ha ayudado a mantener su mirada alejada de maniqueísmos y de la tentación del púlpito. Su visión de la realidad quizá sea dura, pero tiene la fuerza de lo verdadero. Y a él no le preocupa que su retrato del mundo árabe sea malentendido por los propios árabes.

Sus padres (sirio y francesa) se conocieron en París, donde su padre, de origen humilde, llegó becado a La Sorbona para acabar sus estudios de Historia. Terminada su carrera, el padre quiso regresar a su país con la idea de que los conocimientos adquiridos habrían de servir a otros, intuía que tenía una especie de misión superior: debía contribuir a educar al árabe del futuro. Sattouf explica que su padre, Abdel-Razak, perteneciente a una generación traumatizada por las guerras con Israel, mezcló mal sus coqueteos democráticos con el socialismo árabe popular, su firme posición laica, su admiración por el poder del dictador y sus rencores con el colonialismo y la imposición de las fronteras en el mapa árabe ejecutados por Occidente. En fin, dice, su padre acabó siendo una especie de fascista.

Racismo y violencia

La infancia y la adolescencia del dibujante transcurrió entre la Libia de Gadafi y la Siria de Al Asad. Es ese mundo de niño apátrida, lleno de contradicciones, racismo, incomunicación y violencia, el que Sattouf se decide a retratar en El árabe del futuro. Una juventud en Oriente Medio (1978-1984), una novela gráfica que es la primera parte del ciclo autobiográfico que ya tiene en mente y que el pasado enero le ha valido el Fauve d?Or, el gran premio a la mejor obra en el 42.º Salón Internacional del Cómic de Angulema (galardón que ya había recibido en el año 2010).

Sattouf trabajó en la publicación Charlie Hebdo hasta el pasado octubre -en donde dibujó hasta apenas dos meses antes del salvaje atentado yihadista la serie La vida secreta de los jóvenes, ajena a la actualidad política- y después fichó por la revista Le Nouvel Observateur.

Con un estilo entre dulzón y de apariencia infantil, y con un predominio de colores casi apastelados (amarillo, azul, rosa, que combina con un hegemónico blanco y negro), Sattouf narra un verdadero drama sin caer en efectismos ni ampulosidades: el niño Riad tratando de hallar su sitio en una familia en plena batalla entre modernidad y tradición.

Esta triste historia, en versión española, llega hoy a las librerías de la mano del sello Salamandra.