Oscars 2015: El «lobby» latino toma Hollywood

miguel anxo fernández

CULTURA

LUCY NICHOLSON | REUTERS

El empuje de los realizadores mexicanos anima el cine de EE.UU. hacia la edad adulta

24 feb 2015 . Actualizado a las 08:51 h.

Los Óscar a Birdman y a Iñárritu son sintomáticos de los nuevos aires que soplan en Hollywood, con el lobby mexicano bien asentado, aunque quizá habría que extender esta circunstancia al mundo latino en general (véase, por ejemplo, el fuerte crédito de Almodóvar y el pelotón de jóvenes directores españoles que ya ruedan allí en inglés). De paso, al fin los Óscar apuestan con fuerza por el cine adulto y para el adulto, que no es poco. Esta edición, al menos, resultó coherente en cuanto a reconocer a Birdman con las estatuillas a la mejor película, el director y el guion, aunque se haya quedado fuera (entiendo que injustamente) el del actor para premiar el voluntarioso registro del británico Eddie Redmayne en La teoría del todo, más vistoso que eficiente (en teoría, para un actor profesional, encarnar a un discapacitado no es ningún reto), frente a la mayor complejidad interior del hombre-pájaro de Michael Keaton. El que fue Batman burtoniano quizá haya pagado su condición de perro verde, de quien se ha apartado voluntariamente a su rancho durante los últimos años y decide alejarse de cámaras, saraos y fiestas varios.

Decía que Hollywood se pone serio al fin, porque el plantel de trece nominados (al margen, la categoría de animación, que se mueve en otras constantes, con un dominio casi absoluto de Disney y su asociada Pixar en los últimos años), tanto al mejor filme propio como al de habla no inglesa, reunía una calidad media de notable alto. Muy buen síntoma que confirma la consolidación de dos modelos compatibles: el coyuntural mainstream (cine palomitero para las grandes salas del mundo, cuyo reino es el verano) y el otro cine, el serio. Quizá tiene mucho que ver en esto que su hermana pequeña, la televisión, lo zarandeó para abrirle los ojos frente a la simpleza impuesta hasta ahora por la todopoderosa y muy conservadora en cuestiones de moral MPAA (Motion Picture Association of America), esos señores que endilgan las clasificaciones por edades, tan determinantes para la rentabilidad de un producto en la taquilla local. Su presión acaba por castrar cualquier película con pretensiones autorales o de calidad por un quítame allá unas pizcas de sexo, de vocabulario abrupto o de violencia.

Una temible R puede restar millones de espectadores y vetar millones de dólares a las productoras? En consecuencia, autores y guionistas buscan su refugio en HBO y otros espacios varios. Pero es que además ya se percibe que la industria comienza a distinguir entre el producto perecedero, de usar y tirar (ahora mismo, Cincuenta sombras de Grey), que no resiste más de tres semanas en cartel, de aquel cuya vida pueda ser longeva y permitir ingresos regulares y prolongados en el tiempo después de su paso por pantallas, dentro del amplio (y muy rentable) espectro del home cinema: deuvedé, descargas, televisión? Todos los filmes candidatos al Óscar 2015 son dignos de figurar en cualquier videoteca que se precie y muchos confirman, en lo formal y temático, que el cine sigue todavía muy vivo. Véase la transgresora El gran hotel Budapest, la arriesgada Boyhood, la emocional Whiplash e incluso la polémica El francotirador, sin duda otra obra maestra de Eastwood a la que lecturas superficiales le han colgado el injusto sambenito de reaccionaria.

Un apunte a mayores para todas ellas: la importancia (¡por fin!) que se concede al guion y a los personajes, una vez que la excelencia técnica se da por obvia. Tampoco olvidemos, claro, que los Óscar festejan el cine de bandera estadounidense y que más allá de Hollywood también hay vida, como lo confirman no tanto las cinco finalistas (decantadas por la incuestionable calidad del dramón Ida) sino también el palmarés de los grandes festivales clase A y sus hermanos más modestos.

Dicho esto, y en relación al fuerte aroma azteca que desprenden las dos últimas ediciones de los Óscar (primero Cuarón y Gravity, ahora Iñárritu y Birdman, ambas con el cámara Emmanuel Lubezki haciendo doblete), anótese que, a finales del presente año, Iñárritu estrenará el híbrido de aventuras y wéstern The Ravenant, con Di Caprio como protagonista y otra vez Lubezki en la foto, mientras Guillermo del Toro trae el fantástico La cumbre escarlata (con música del español Fernando Velázquez), lo que hace pensar que otra vez se colarán entre los finalistas y a saber si México no se llevará el tercer Óscar consecutivo, aunque sea con filmes pagados en dólares?